Barbastro

La suciedad en los solares de Barbastro, origen de la aparición de ratas

Barbastro está repleto de solares vacíos que acumulan suciedad atrayendo a animales como las ratas. Pero existe una zona en la que ese problema se agrava mucho: la calle Joaquín Costa y sus aledañas

Solar vacío de la calle Lacorte repleto de basura de todo tipo; desde bicicletas hasta desechos domésticos. Foto: C.Lanau
Cristina Lanau Carpi Lanau Carpi
13 noviembre 2023

Un paseo por las calles de Barbastro nos muestra en muchos rincones suciedad, desechos que se acumulan en un sinfín de solares vacíos o malos olores por las deposiciones de animales como palomas o gatos. Un problema de difícil solución que se agrava en según qué zonas, como el centro, y que resulta muy patente en la calle Joaquín Costa y sus aledañas. 

Los vecinos llevan años reclamando mejoras al Ayuntamiento, sobre todo en el ámbito de la limpieza y la seguridad. Pero en los últimos meses esta situación ha empeorado, ya que ahora deben compartir espacio con animales como los ratones y las ratas. Y el motivo del sobrecrecimiento de esta especie, analizan, reside en los solares vacíos; muchos de ellos descuidados y repletos de vegetación y basura de todo tipo. 

La basura que se acumula en los solares vacíos de Barbastro

El Cruzado Aragonés ha salido a la calle para hablar con estos vecinos. Ninguno de ellos ha querido mostrar su identidad por diversos motivos, aunque aseguran estar cansados de manifestar su insatisfacción y exigir soluciones. Uno de ellos vive en una de estas calles «desde toda la vida» y asegura que «nunca habíamos estado tan mal como ahora».

Explica que el problema, principalmente, radica en que conviven con unas personas que «desguazan y tiran basura y objetos a un solar, que además es del Consistorio. Allí se acumula mucha suciedad y crecen ratas, insectos, gusanos y animales que, poco a poco, van colonizando e invadiendo todo», denuncia. Apunta como causa la falta de higiene de estas personas y de limpieza por parte del Ayuntamiento. «Me he quejado muchas veces y estoy cansado de que no me hagan caso», lamenta. Reiteran que la propiedad es municipal y sospechan que «nadie hace cumplir la normativa de convivencia vecinal». Como solución, este vecino indica que «sería fundamental que hubiera educadores de calle». 

Por otra parte, alerta de que, en muchas ocasiones, estas mismas personas ocupan la vía con enseres domésticos durante días y «nadie les dice nada. Sin ir más lejos, unos sofás invadieron la calle Lacorte durante todo el verano. Impedía la circulación y dudo que alguien les cobrara por la ocupación del espacio público», ironiza. 

Veneno para matar las ratas

Otra vecina, que ha pasado buena parte de su vida en esta zona, coincide en el diagnóstico de los problemas del entorno de la calle Joaquín Costa. «En este barrio existe un problema muy grave con la suciedad. Muchos dueños de solares vacíos se limitan a cerrar el acceso al terreno para que nadie entre, pero la suciedad sigue quedando dentro, por lo que las ratas siguen», confiesa. Ella ha visto a estos roedores en primera persona e incluso ha encontrado sus heces en su vivienda, por lo que ha tenido que recurrir al veneno. «Estar pendiente de la presencia de ratas en tu propia casa es un sinvivir. Por ejemplo, siempre limpio mis platos antes de usarlos porque pueden haber pasado por encima», explica.

Y su caso no es el único, ya que a otra vecina de la calle Joaquín Costa le entró a casa un ratón a través de la campana extractora. «Consiguieron matarlo, pero los problemas continuaron y finalmente llamaron a una empresa exterminadora», puntualiza.

Las casas desocupadas

Además de los solares vacíos, nuestro testigo aporta otro problema: las casas desocupadas. «Las palomas ocupan estas viviendas y las llenan de heces, montañas enormes, que se acaban pudriendo. Genera mal olor y un problema grave de insalubridad. Yo no puedo abrir las ventanas de mi casa precisamente por esto. Estas circunstancias son una tortura, pero si me tengo que mudar por esta situación, me voy de Barbastro porque me puedo trasladar a otro barrio y vivir exactamente la misma situación porque no hay ni ley ni voluntad de arreglar nada», exclama.

Esta situación también está relacionada con otra: las personas que ofrecen comida a gatos y perros callejeros. Un hecho que genera suciedad, ya que los restos pueden quedarse en la calle y atraer a animales como a las ratas. 

La mala convivencia vecinal

Pero los problemas en esta calle no terminan aquí, porque a los solares vacíos, las casas desocupadas y la suciedad que ambos acumulan, se suma la mala convivencia vecinal. «En algunas zonas recibimos quejas de personas que pasan por estas calles y son increpados por otros. Las ordenanzas de convivencia vecinal existen y deben de cumplirse», añade.

Una situación a la que se añade, por ejemplo, el uso de bicicletas y patinetes. «Sabemos que muchas personas mayores temen pasar por esta calle porque algunos vecinos, sobre todo los jóvenes, circulan por la calle con la bicicleta o patinete sin cuidado alguno», declara la vecina. 

Las cámaras de videovigilancia

Para intentar controlar estos problemas, hace varios años se instalaron unas cámaras de videovigilancia que graban las 24 horas del día en la calle Joaquín Costa. Pero los dos vecinos sospechan que «nadie las mira. De hecho, una vez me rompieron una pequeña obra de construcción que hice en mi casa y cuando fui al ayuntamiento para ver a través de las cámaras quién había sido, me dijeron que lo mirara yo mismo. Es tan fácil como mirar las cámaras, identificar a las personas y cumplir la ordenanza de convivencia ciudadana», denuncia.

Su compañera de calle añade: «Cuando ha surgido algún problema y hemos pedido que se revisen, nos han dejado sin respuesta. Así que estos vecinos problemáticos ya no respetan las cámaras. Ahora contamos con las mejores luces de todo Barbastro porque si no, la calle Joaquín Costa sería tenebrosa e incluso peligrosa». 

Una realidad que no es nueva pero que, advierten, se ha agravado estos últimos años. En su opinión, se puede controlar con las cámaras, con los educadores de calle y con el aumento de presencialidad de la Policía Local y Guardia Civil. «Siempre que pasan por esta calle lo hacen en coche. Así no viven de primera mano el día a día de esta calle. Y si no quieren venir tan a menudo, también pueden ganar presencia a través de las cámaras, pero haciendo uso de ellas», indica. A su vez, puntualiza que no es partidario de multar, «pero sí de que estén encima porque la función de la Policía Local es la de vigilar. Quizás a base de insistir podemos conseguir las cosas», opina. 

Las demandas de los vecinos: más limpieza en los solares de Barbastro

El vecino concluye su testimonio demandando «más atención y que se limpien los solares. Es decir, que se cumpla la normativa que exige la limpieza de estos. Y en este caso, los que se encuentran más sucios son los del Ayuntamiento. Las ratas vienen de la acumulación de suciedad y si no se quita el reservorio, da igual las campañas de desratización porque si no lo mantienes, estos animales van a seguir. También pido, por favor, que la Policía Local vigile las cámaras y tenga más presencia física, no solo desde el coche».

Una opinión a la que su vecina se suma y aporta otra idea más: “La calle Joaquín Costa, a ciertas horas, debería cerrarse al paso de coches para que solo fuera peatonal. «Así la gente podría pasar tranquilamente y quizás así, el Ayuntamiento se implicaría más en esta calle que es una de las más céntricas», añade. Por último, reitera la demanda para que «los solares se mantengan limpios y que se desraticen con frecuencia».

Ambos testimonios coinciden en algo que, quizás, ayudaría: constituir una asociación de vecinos. “Creo que es lo único que podemos hacer para ser capaces de exigir. Lo que no debo es enfrentarme a toda esta gente solo», explica el primero. La segunda concluye: “Hace poco, un nuevo vecino que se acaba de comprar un piso en la calle Joaquín Costa nos dijo que deberíamos crear la asociación porque la calle está dejada. Pero creo que es una tarea difícil porque la gente no tiene ni ganas de trabajar ni de dar la cara. Yo lo he hecho muchas veces, pero llega un momento en el que te cansas”.

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