El día 4 de septiembre, una hora antes de que se lanzara el chupinazo que anunciaba las fiestas en Barbastro, los padres de los alumnos del primer curso de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) del colegio San Vicente de Paúl de la ciudad se reunieron para abordar el tema de las pantallas. En este centro los chavales iban a estrenar Chromebooks en su regreso a las aulas.
“Hemos tenido que dar marcha atrás”, explica la directora Mercedes Puértolas. In extremis han tenido que anular la implantación de este dispositivo, más sencillo y económico que los habituales portátiles. La bomba se conoció el viernes 29 de agosto a través de la prensa. Mirando al calendario, el 1 de septiembre los profesores regresaron a las aulas y los niños, una semana después.
Pero el 29 de agosto, Tomasa Hernández, consejera de Educación de Aragón, anunció que el gobierno regional iba a regular el uso de pantallas individuales en los colegios e institutos. Según dijo limitarán a cuatro horas semanales su uso en 5º y 6º de Primaria y a una hora diaria en la etapa de secundaria. Indicó que la norma entraría en vigor en el curso 2026-2027 y los centros con un programa de uso individual de dispositivos digitales dispondrían de tiempo hasta el 2027-2028 para adecuarse.
Así, tras años de favorecer la digitalización de las aulas, de impulsarla y dotarla de recursos, los representantes políticos han decidido echar el freno. En Madrid y Murcia ya han aprobado normas restrictivas. Aragón las anuncia para el próximo curso y Cataluña, Valencia y Galicia lo estudian también.
Este cambio de sintonía no acaba de entenderse entre los profesionales de la comunidad educativa. Pero, sobre todo, su malestar se dirige también hacia las formas y los tiempos que ha empleado la Consejería en Aragón.
Reacciones al anuncio
De hecho, estas declaraciones se realizaron a los medios de comunicación y no a través de un comunicado oficial con los centros educativos, ni ha pasado por la comisión de Educación de las Cortes. “Lo que sabemos lo conocemos por un titular de periódico”, confirman todos los directores de los centros de Infantil, Primaria y ESO del Somontano. Magda Ferré, del CRA Candeleta (Estadilla, El Grado, Naval, Fonz y Azanuy) expresa su sorpresa. “Nos hemos quedado perplejos, ya que en ningún momento se nos ha consultado, ni a nosotros, ni a los padres. Vamos a golpe de modas”. Desde el CRA Arco Iris (que incluye a Castejón del Puente), Silvia Banzo, directora, confirma la ausencia de información: “No ha habido ningún tipo de comunicación oficial así que no sabemos de qué se habla”.
“Parece que disponemos de mil pantallas y esa no es la realidad. Creo que sería más adecuado invertir en profesores y otros recursos sobre todo en la escuela rural”, añade María Sampietro, del CRA Vero-Alcanadre.
Y todos coinciden en que no les hace falta que los controlen porque “se trata de un recurso más. Usado de manera muy puntual”, enfatizan. De hecho, en nuestra comarca todos los colegios siguen utilizando de forma abrumadora libros, cuadernos, bolígrafos… lo de toda la vida. Así lo afirma también Ana Tomás, quien se estrena en el cargo de directora del Pedro I: “Considero que en estos niveles se realiza un uso muy razonable de la herramienta digital”. De tal forma que no va a suponer ningún cambio en los colegios, tal y como ha señalado Berta Burrel, del CEIP Alto Aragón. Por otro lado, para la secretaria del CRA A Redolada (Peralta de Alcofea, Berbegal y Laluenga), María Luisa Cortés, “me parece que se va a quedar en un titular”.
San Vicente y Escolapios
Los más afectados por este anuncio son los dos concertados de Barbastro porque han apostado por la digitalización de las aulas en Secundaria. “Como centro –insiste Puértolas– no compartimos esta decisión”. En San Vicente, los alumnos de segundo de Secundaria ya trabajan con su dispositivo. No obstante, han frenado la ampliación de su uso a la espera de que se apruebe la norma. Desde la dirección de estos centros defienden que estos proyectos de formato digital se basan en evidencias y estudios.
Nati Puy, directora académica en San José de Calasanz-Escolapios, comenta que, tras el revuelo causado, también CONCAPA (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos) manifestó su sorpresa por la noticia. Puy recuerda que en pandemia “gracias a los dispositivos, nosotros no dejamos de impartir ninguna clase. Lo que era bueno entonces, ahora ¿damos un paso atrás? Hay que valorar muchos aspectos y no tengo claro que se hayan tenido todos en cuenta. Nosotros consideramos un acierto avanzar en la digitalización porque los pasos que hemos ido dando se han realizado con reflexión y se incluyen dentro de un proyecto general. Además, contamos con todos los avales de centro de ‘Pantallas sanas’”.
Desde San Vicente, defienden que “nos movemos en una sociedad digital y no podemos perder el futuro. No hablamos de un capricho”. Los centros abogan por educar y hablar con tranquilidad de este asunto y consensuar.

Pantallas y familias
Por otro lado, nadie pone en duda que existe un problema de abuso de pantallas en la infancia. Y no se refieren solo a teléfonos móviles. “Lo observamos en las aulas, notamos adicciones hasta en críos pequeños”, apunta la directora del CEIP La Merced, Minerva Díaz. Afirmación que comparten el resto de sus colegas de profesión. “La solución no se encuentra en el colegio sino en las familias. Ellas deben controlarlo e incluir la televisión, porque también se trata de otro estímulo audiovisual”. Ferré, del CRA Candeleta, apoya esta afirmación: “El problema viene de los hogares”.
Díaz señala que “en esta última década se han incrementado los problemas de salud mental en la infancia, así como la diversidad de problemas”. Sampietro abunda en el tema: “Se dan más dificultades de atención y de aprendizaje. Sobre todo, en niños con capacidad intelectual adecuada. Además, abordamos problemas sin diagnóstico específico”.
Dentro de las atenciones especiales se encuentran los trastornos del espectro autista (TEA). Así, este curso el San José de Calasanz-Escolapios se estrena como centro de referencia en Secundaria. Y siguen siéndolo en Primaria junto al Pedro I y La Merced. En este último celebran que la coordinadora de esta aula TEA sea definitiva. “Estos alumnos necesitan referentes y estabilidad y aunque el centro disponga de una línea no les beneficia cambiar el equipo cada año”, expone Díaz.
En cuanto a las familias, las responsables de educación les piden colaboración y valorar la cultura del esfuerzo y fomentar la paciencia. Esta implicación significa también confianza. “Los profesores y las familias debemos caminar en la misma dirección,” responde Burrel.
Sin embargo, como puntualiza Tomás, esto no supone en absoluto que los padres realicen las tareas escolares de sus hijos “sino más bien un acompañamiento emocional”. Los deberes cumplen diversas funciones y una de ellas es ayudar a los maestros a detectar dificultades en el proceso de aprender. “Si lo hacemos por ellos, estamos engañando al propio niño”, expone Díaz.
Según comentan los profesionales, en los últimos años observan en parte del alumnado menor tolerancia a la de frustración y escaso autocontrol así como ausencia de normas.
Bachillerato de Artes y Formación Profesional
En este curso se estrena el Bachillerato de Artes en Barbastro que se imparte en la IES Hermanos Argensola. En su arranque, el centro sólo ha necesitado contratar a un profesor más de Plástica para cubrir esta especialidad. Respecto a la matrícula sólo se han inscrito cinco alumnos. No obstante, para el director, Carlos Barrabés, esta cifra no es representativa “ya que el anuncio se realizó en el mes de junio y, por lo que nos han comentado las familias, a esas alturas muchos ya tenían todo preparado para marchar a Huesca. Lo que de verdad importa lo veremos en la matrícula de los próximos años”.
En cuanto a la Formación Profesional, la mayoría de la oferta se concentra en el IES Martínez Vargas. Su directora, Mª José Bernabeu, señala que el grado básico de Industria Alimentaria que debuta en este 2025 ha contado con una buena acogida. Además, el grado medio de esta especialidad, que ya existía, ha pasado de horario vespertino a matutino lo cual ha favorecido el aumento de matrículas. “Ha sido un acierto porque consideramos que esta especialidad cuenta con salidas profesionales en la zona y así se garantiza su continuidad”, añade. En cuanto al grado básico de mantenimiento de vehículos sigue contando con gran tirón.
Y por lo que respecta al uso de pantallas, ambos centros se ajustan a la normativa vigente y los dos responsables aseguran que las futuras directrices no van a generar cambios en su modo de trabajar. De todos modos, Bernabeu reflexiona: “Veo razonable que se fijen unos criterios”. En cuanto al uso de classroom, Barrabés aclara que “sirve de apoyo y para notificar. En principio, no entra dentro de esta normativa”.