Somontano

Los colegios rurales de los pueblos: una gran familia

Barbastro se encuentra rodeado de municipios en los que habitan niños que acuden a sus escuelas rurales, más conocidas como CRA. Hablamos con el CRA Vero-Alcanadre y el CRA Candeleta 

colegios rurales Somontano
El aula de infantil del CRA Vero-Alcanadre en el que en el momento de la foto cursaban religión y atención educativa a la vez. FOTO: C.L.
Cristina Lanau Carpi
06 marzo 2023

Sabemos que existen los colegios rurales, pero, ¿conocemos cómo funcionan? El CRA Vero-Alcanadre y el CRA La Candeleta son los dos colegios rurales más grandes de nuestro alrededor y ellos nos lo explican. 

El primero, el más grande, cuenta con un total de 145 alumnos procedentes de 19 municipios, y tiene 7 centros; Abiego, Adahuesca, Alquézar, Azara, Bierge, Pozán de Vero y Salas Altas.

El segundo está compuesto por 136 alumnos de 11 pueblos, y tiene centros en Azanuy, Estada, Estadilla, El Grado, Fonz y Naval. 

Tantos alumnos divididos en tan pocos centros y teniendo un solo tutor, hace que la forma de trabajar varíe respecto a la de los colegios de Barbastro. En este caso, ambos CRA funcionan con proyectos.

«Pongamos un ejemplo. En infantil todos llevan el mismo proyecto: los animales. Pero la ficha con la que voy a trabajar con los niños de tres años no es la misma que la de seis años», explica Rebeca Rodríguez, directora del CRA Vero-Alcanadre. 

¿Y los profesores? ¿Cómo se distribuyen?

Dependiendo de los niveles que existan en los diferentes colegios (infantil, primaria), cada uno de ellos tendrá un tutor fijo que son los que imparten las asignaturas troncales: matemáticas, lenguas, ciencias sociales y ciencias naturales. 

Por lo que el resto de asignaturas están impartidas por profesores itinerantes, que van viajando a los diferentes municipios para impartir sus asignaturas: inglés, francés, música, educación física. Profesores que como Rodríguez explica «estamos de continuo en la carretera y eso supone un problema para nosotros porque nos encontramos constantemente en peligro», confiesa.

Además, el personal del que disponen es escaso y en muchas ocasiones los profesores van supliendo las clases como pueden. “Por ley los profesores itinerantes tenemos dos horas libres a la semana, pero yo no las uso nunca porque no nos sobra plantilla, siempre estamos justos”. 

Una situación que supone un gran esfuerzo por parte de los profesores para adaptar los conocimientos al nivel de cada curso. “En el aula de Pozán tenemos la suerte de que estamos divididos en infantil, en 1º, 2º y 3º y en 4º, 5º y 6º, pero existen colegios en los que están todos juntos”. Esta condición es muy habitual en el CRA La Candeleta, donde solo los centros de Estadilla y Fonz tienen niveles. 

Los colegios rurales (CRAs), sinónimo de familia y cercanía

Aunque no todo son desventajas. En las escuelas rurales se respira cercanía y como consecuencia, familia. “Soy defensora de la escuela rural a muerte porque tiene muchísimas ventajas. Los niños aprenden y socializan constantemente y no es la misma atención la que tienen en una clase de 8 niños a la que tienen en una de 25. De hecho, adquieren unas estrategias que a veces en clases grandes no pueden desarrollar”, declara Magdalena Ferré, directora del CRA La Candeleta. 

«Conocemos a todos los alumnos y sabemos que en ocasiones explicamos la lección para toda la clase, pero luego sabemos que se lo tendremos que volver a repetir a aquel alumno que lo necesita», añade Rodríguez. 

Aunque como habéis podido comprobar, no todo es de color de rosa y como en muchos colegios, en ocasiones necesitarían algo más de ayuda. “Siempre se necesita más de todo, pero con lo que tenemos nos manejamos. En los CRA lo que nos interesaría es que hubiera más personal, porque en muchas ocasiones no llegamos”, añade Ferré.

El centro de Pozán de Vero, a la espera de su nueva aula

Desde el CRA Vero-Alcanadre, tanto profesorado como familias, llevan años reclamando al Gobierno de Aragón una nueva aula porque «los niños no caben, literalmente». 

Recientemente recibieron la visita de la directora provincial de Educación, quien les aseguró que «la obra ya está licitada porque el plazo del concurso se cerró el miércoles 1 de febrero. Incluso nos prometió que para comienzos del curso que viene estaría construida el aula. Pero a la vista está de que aquí de momento no pasa nada», explica la directora del CRA.

“Es muy bonito decir: ‘los pueblos vivos y viva los pueblos’, pero a la escuela no se le ayuda en realidad. Y si no fuera por los Ayuntamientos y por la labor de los profesores, las escuelas rurales no fusionarían”,  concluye Rodríguez.

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