Somontano

La almendra y el aceite, también con malas cosechas

A mitad de la campaña de la almendra las explicaciones, pocas dudas: «poco y malo». En cuanto al aceite, otro año de baja producción

almendra aceite
La calidad del aceite se mantiene a pesar de la escasa producción. Foto: L. García
Lola Gª Casanova
26 septiembre 2022

Desde el sindicato ASAJA no aplican paños calientes a la hora de calificar la cosecha de almendra y hablan de “mala, muy mala”. Las heladas del mes de abril mermaron la producción de modo considerable. En estos días de septiembre, la recogida de este fruto seco en la zona del Somontano se encuentra en la mitad del proceso y lo poco que hay, de calidad baja.

En cuanto a los precios, se mantienen estables sin apenas ninguna variación. Fuentes del sector consultados por este periódico señalan que, a finales de este mes de septiembre, se esperaba un incremento y una mejora en beneficio de los agricultores. No obstante, no tiene visos de que se cumplan estas previsiones más optimistas, aclaran. El motivo hay que buscarlo en la entrada en el mercado español de almendra procedente de los EE.UU. muy barata y ha impedido una evolución positiva de los precios.

Por lo que respecta a los costes de producción el abono se ha encarecido notablemente, pero el agricultor ha adaptado las cantidades a la escasa producción de almendra de las explotaciones, explican desde Jóvenes Agricultores del Alto Aragón.

El aceite en el Somontano

Las perspectivas de la cosecha de aceite tampoco resultan muy halagüeñas. Fernando Noguero, de aceites Noguero, se mostró claro y conciso cuando atendió la llamada de El Cruzado. “Esto se dice pronto: muy mala. Nosotros vamos a recoger el 30% de una cosecha normal. Si el año pasado fue malo, este se espera incluso peor”, añade.

Antonio Campo, de la Cooperativa San Antonio, lo explica con datos. En el Somontano, en un buen año, se obtienen unos seis millones de kilos. El pasado fueron 2,5 y para este 2022 las previsiones apuntan a los dos millones de kilos. “Para algunos esta cifra incluso será optimista, para otros pesimista. Debemos esperar a la recogida, pero de todos modos, el año no pinta bien”.

Todos coinciden en que ha faltado agua. Las lluvias fundamentales en este cultivo de finales de agosto y principios de septiembre no han llegado y solo hay algo de fruto en las explotaciones de regadío. “El regadío nos salva la cosecha –apunta Noguero– porque el secano tiene muy mala vida”.

En su empresa gestionan el trabajo de unos 1.000 olivicultores y unas 1.000 hectáreas con una producción que, para esta campaña, se quedará alrededor de los 1,5 millones de kilos. “Si lloviese ahora, pero ahora mismo, podríamos ganar algo de producción”.

En cuanto a los precios, Campo augura un aumento. Hay que tener en cuenta que esta situación de sequía no es exclusiva del Somontano. También el Bajo Aragón se enfrenta a un mal año. “Los ciclos del Somontano y Bajo Aragón no son similares, pero esta vez coincidimos”, explica Noguero.

Y por supuesto, España, primer productor mundial de aceite de oliva y también el primer exportador, no se libra de la sequía. Andalucía atraviesa una situación muy difícil y de ahí depende el 85% de todo el aceite nacional. Aragón, en comparación, representa sólo el 1% del aceite español.

De todas formas no habrá desabastecimiento. Hay que mirar fuera de nuestras fronteras. Otros mercados internacionales los encontramos en Marruecos (también espera un mal año) pero en Portugal, Grecia o Turquía son optimistas.

Por lo que respecta a la calidad, Campo señala que “aunque los aceites de estos países no son lo mismo, sí cumplen unos estándares de calidad altos sin los cuales no se podrían comercializar”.
En cuanto al futuro Noguero concluye que “en esta zona siempre hemos sufrido épocas de sequía, esperemos que esto sea coyuntural”.

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