Barbastro

Beatriz Ariño Plana: «El Turbón me conecta con mis raíces»

La periodista barbastrense trabaja desde 1988 en Televisión Española, siempre ligada a los servicios informativos y con una etapa de cinco años en Informe Semanal

La periodista barbastrense tiene raíces en el ribagorzano valle de Lierp. FOTO: S.E.
Manolo Garrido Al levantar la vista
24 mayo 2023

La trayectoria periodística de Beatriz Ariño Plana (Barbastro, 1963) está ligada a RTVE desde 1988. Enamorada del valle de Lierp, defiende que sus vecinos tengan ayudas para quedarse, emprender y vivir dignamente. Pide respeto a los visitantes y turistas y advierte del cambio climático que pone en peligro los limitados recursos naturales en zonas de montaña. 

En el último almuerzo madrileño con barbastrenses, Beatriz estuvo con su madre Enriqueta: “Vive en Pamplona y disfruta con sus cuadros y motivos de Barbastro. Henriette (su nombre artístico) no falla en las fiestas de septiembre y conserva muy buenos amigos. Gracias a ella tenemos muchos lugares de Barbastro en nuestra memoria familiar, como el Coso, la torre del calcetín, las escaleretas, la burreta….”. Beatriz dice que la borraja es “la mejor verdura del mundo” y sorprende a sus amigas con los ingredientes de los crespillos, “que no imaginan que es hoja de borraja”.

¿Qué recuerdos tiene de Barbastro? 

Mis padres se conocieron durante las obras del pantano de El Grado y por traslados de mi padre sólo pasé dos años aquí, somos barbastrenses tres de los cuatro hermanos. Recuerdo la cosecha, las eras, el trillo, el desbordamiento del Vero. Nos trasladamos a Huesca y después a Pamplona. Con becas pude estudiar COU en Estados Unidos y dar mis primeros pasos en EFE, después de terminar Periodismo en la Universidad de Navarra (1987). Tuve la inmensa suerte de encontrar trabajo enseguida y no he tenido problemas en ese sentido, cosa que ahora es más complicado. Además, en RTVE hay muchas posibilidades de cambiar y eso es muy enriquecedor.

Procede del valle de Lierp. ¿Qué encuentra en Ribagorza?

Vuelvo siempre que puedo al Valle de Lierp, necesito montaña y la prefiero al plano, un paisaje abierto, lleno de naturaleza, donde están mis raíces paternas y una familia muy amante de un valle cuyos vecinos han peleado su supervivencia. Me alegra ver que tiene vida y actividad, me reconforta comprobar el amor de la gente a su valle.

¿Cómo difundir estos recursos?

Aunque no podamos competir con Graus, Aínsa o Roda, cada valle tiene sus atractivos, que podemos ofrecer de modo conjunto. Y completar la naturaleza con iniciativas como el Museo Etnográfico, con objetos donados por los vecinos y que muestran cómo se vivía. Me parece una gran iniciativa que revitaliza el municipio y le da un espacio expositivo. 

Hemos hablado del Museo como legado histórico. ¿Qué podemos pedir a los visitantes?

Creo que es importante respetar el territorio y su gente, no solo ir. Pienso que el visitante puede ayudar a preservar, a evitar que se pierda un patrimonio que hay que cuidar y a la vez lograr que rinda, de manera que se aprovechen los recursos naturales y se fije la población. 

En este sentido, pienso que hay que equilibrar el territorio y celebro que se hable cada vez más de la España vaciada, con una pandemia que ha enseñado a trabajar de otras maneras, a revisar la escala de valores. Y a la vez está el cambio climático. 

Recuerdo que en 2007 hice un reportaje sobre cómo adaptarnos al cambio, y vemos que en pocos años se ha convertido en un gran reto, que lo sufren ya y sufrirán seriamente zonas de la montaña. Hemos de pensar en cómo paliar sus efectos, en cómo vamos a convivir con sus consecuencias, con luces largas, pero también a corto plazo.

¿Qué piensa ante el consumo de la televisión, individual y a la carta, con múltiples ofertas?

La televisión no es ajena al cambio en los medios, afectados por el afán por lo inmediato, la falta de concentración y de análisis. El consumo está muy fragmentado, cada uno decide dónde y cuándo ver, tanto información como entretenimiento. Ahí está por ejemplo la plataforma RTVE Play, con acceso libre a multitud de contenidos. Ante esta situación, no cabe otra que adaptarse a la realidad cambiante y pelear por una audiencia que busca el interés y la calidad. Tenemos que hacer las cosas bien y ver cómo se informan los jóvenes para conseguir que se interesen por lo que les afecta como ciudadanos. 

Estamos en el 50º aniversario del programa Informe Semanal, con el que muchos hemos crecido. 

Su éxito han sido los reportajes hechos con rigor, análisis y contexto, con varios puntos de vista, con documentación. Ha sido un recorrido por nuestra historia reciente y pienso que se ha logrado combinar la calidad con suscitar reflexión, interés y curiosidad. Un reto es el de seleccionar la documentación disponible, porque no se trata de hacer una tesis sino un reportaje, eso sí con precisión en cada palabra. Destacaría el equipo y la pasión como las claves de su éxito, convirtiendo las noticias en reportajes que contextualizan y ayudan a comprender la realidad.

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