Somontano

El trabajo que conllevan las fiestas para la diversión de los vecinos y los visitantes

Llega el verano y con él, las fiestas de verano de la mayoría de los pueblos del Somontano. En muchos, organizadas gracias al trabajo de las comisiones 

Aspecto de la plaza de Berbegal el pasado sábado, 15 de julio, a las cuatro de la mañana repleta de jóvenes a la espera del bingo. Foto: C.Lanau
Cristina Lanau Carpi Lanau Carpi
24 julio 2023

Si el verano de por sí ya significa alegría, en la mayoría de los pueblos de nuestras comarcas vecinas, así como del Somontano, la celebración de las fiestas mayores todavía aumenta ese jolgorio. Muchos de estos municipios incrementan su población cuando llegan estas fechas tan señaladas en el calendario. Aunque en los últimos años está sucediendo un fenómeno que cada vez gana más popularidad. Las fiestas de muchos de ellos, sobre todo cuando cae la noche, están ganando tal popularidad que sus calles se ven abarrotadas de gente, en su mayoría jóvenes, que se acercan hasta estos municipios junto a sus amigos para disfrutar de ellas. 

Este es el caso, por ejemplo, de Berbegal. El pasado fin de semana este pueblo celebraba sus fiestas y durante la noche del viernes y sábado recibió una gran cantidad de visitas. El concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Berbegal, Marcos Pascual, explica que este año «según el recuento de la Guardia Civil, entre los dos días habremos recibido más de 6.000 personas». Grupos que vienen desde municipios ya habituales como Barbastro, Monzón, Huesca y Graus, pero este año incluso desde Jaca. «Este año hemos recibido más visitas que ningún otro, tanto el viernes como el sábado. Un dato que nos ha sorprendido porque la cita coincidía con varios festivales de municipios cercanos», añade Pascual. 

Acoger tal cantidad de gente supone todo un reto y desde el Ayuntamiento, un esfuerzo de organización. «Repetimos el mismo protocolo que el año pasado. Somontano Social y algunos trabajadores del Ayuntamiento limpiaban cada mañana el pueblo. Una labor que debo aplaudir porque dejaban el pueblo impoluto. Cualquiera diría que en ese mismo lugar la noche anterior se había celebrado una fiesta», confiesa.

«Las fiestas de Berbegal han sido un éxito. Debemos dar las gracias a todos»

Marcos Pascual, concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Berbegal

A su vez, el Ayuntamiento pone a servicio de todo aquel que lo necesite cuatro baños portátiles. Una cantidad que consideran suficiente, ya que no se crean colas de espera. Aun con todo, muchas personas prefieren utilizar los espacios públicos del pueblo. «Sobre todo lo notamos en las zonas más próximas a donde se realiza el baile. A la mañana siguiente, los vecinos del pueblo limpian la calle con lejía y queda como nueva», explica el concejal. 

Pero no todo son buenas noticias, ya que los desperfectos suelen ir de la mano de estas fiestas que reciben a tanta cantidad de gente. «Todos los años desaparece algo, como alguna maceta. Pero este año también se han roto algunos retrovisores de coches que estaban aparcados en el pueblo. Así como una valla de madera y botellas en las piscinas. De todas formas, para la cantidad de gente que viene solo son accidentes muy leves», declara.

Aun así, desde el Ayuntamiento confiesan que están contentos porque «ningún año debemos lamentar ni accidentes ni desperfectos graves y tocamos madera para que así sea. Por lo que creo que la gente del pueblo está contenta con las fiestas», concluye. 

Comisión de fiestas de Huerta de Vero

En muchos pueblos, las comisiones de fiestas se encargan de organizar y realizar los actos de estas fechas. Un trabajo desinteresado que impulsa un grupo de vecinos por y para el pueblo. 

Huerta de Vero es un claro ejemplo de ello. La comisión de fiestas en este pueblo la componen un grupo de jóvenes de 17 a 30 años, y a la cabeza de este grupo de jóvenes está Antonio Salcedo, padre de Sonia, también miembro de la comisión. Antonio comenzó cuando todavía era concejal en el Ayuntamiento de Santa María de Dulcis y le acabó gustando tanto, que, ahora, doce años después, sigue al pie del cañón. Una labor a la que se unió su hija Sonia hace aproximadamente seis años. «Comencé para darle vida al pueblo. Además, ya nos encontrábamos en una franja de edad en la que no participábamos en los actos infantiles y ya comenzábamos a organizarlos. Poco a poco fuimos adquiriendo más responsabilidades hasta ahora», explica Sonia.

Antonio y Sonia Salcedo posan con la camiseta de las fiestas de Huerta de Vero. Foto: C.Lanau 

Antonio aporta la sensatez, y la experiencia entre tanta juventud. «Considero que al ser el más mayor, veo las cosas desde otra perspectiva», confiesa. Este grupo de compañeros funciona, tal y como Antonio explica, «con total libertad. Nos juntamos dos veces al año y con eso ya organizamos las fiestas, en parte gracias a los años que llevamos ya al frente. Aunque debo reconocer que hablamos mucho a través del grupo de WhatsApp que compartimos. Pero claro, son muchos pensamientos, gustos y edades diferentes, pero siempre nos ponemos de acuerdo. Unos tienen más ideas, otros las secundan y así vamos aportando nuestro granito de arena para que las fiestas salgan lo mejor posible», explica. 

En una comisión de fiestas el principal problema reside en obtener financiación. En el caso de Huerta de Vero, el Ayuntamiento del municipio colabora económicamente en algunos aspectos como el alquiler de los escenarios o los grupos electrógenos. Pero el resto de los ingresos proviene de cuotas como las establecidas por casa o por mozos de gasto, la lotería de Navidad, la barra del bar y los anunciantes que colaboran con el libro de fiestas. «La gente del pueblo entiende que una parte de los ingresos de la comisión son suyos y responde muy bien porque saben que su dinero va destinado a las fiestas y a su disfrute», explica Sonia.

Llega el momento de las fiestas y todo es caos en el hogar de esta familia. Además, su casa se ubica al lado de la plaza Mayor, por lo que sirve de almacén y punto de encuentro de la comisión. «Los días de las fiestas suponen un ajetreo. Además, como mi padre no esté, su cargo y responsabilidades respecto a la organización recaen en mí, y eso a veces me estresa, pero, ¡el ajetreo es alegría», comenta entre risas. Antonio, en ocasiones, trabaja en esas fechas, pero casi siempre llega en el momento del baile nocturno. «Como no me gusta mucho bailar, les ayudo sirviendo en la barra del bar. Me lo paso muy bien detrás de la barra», confiesa riendo. 

«Durante las fiestas nuestro hogar parece una casa de locos»

Sonia Salcedo, comisión de fiestas de Huerta de Vero

Se acaban las fiestas, ¿merece la pena tanto estrés? Padre e hija no lo dudan: por supuesto que merece la pena. «Cuando en plenas fiestas ves la plaza llena, a los niños disfrutando o bailando con la orquesta, eso para mí me hace pensar: nos hemos unido todos y al fin y al cabo, no lo hemos hecho tan mal», reflexiona Sonia. Antonio añade: «A veces recibes críticas, además a las espaldas, y eso sienta muy mal. Pero siempre acabo volviendo porque existen personas que valoran nuestro trabajo y nos lo hacen saber. Haces balance de las críticas y ves que no merece la pena centrarse en eso», confiesa. 

Una vez terminados los festejos, la comisión de fiestas se reúne a finales de septiembre o principios de octubre para contratar las orquestas del año siguiente. «En estas fechas tenemos más variedad. Además, como nuestras fiestas siempre se celebran alrededor del 15 de agosto, los precios son muy elevados», explica Antonio. Y añade: «Todos terminamos agotados, pero un mes después de las fiestas ya pensamos en las del año siguiente. En esa primera reunión ya comenzamos la cuenta atrás».

«Cuando ves que el pueblo rebosa alegría durante las fiestas, comprendes que merece la pena organizarlas»

Antonio Salcedo, comisión de fiestas de Huerta de Vero

Por ahora, este grupo mantiene la vista fijada en el sábado, 12 de agosto, día en el que comienzan estas fiestas en honor de Nuestra Señora de la Asunción. 

Comisión de fiestas de Artasona

Las fiestas de Artasona tampoco serían posibles sin la comisión. En esta localidad también charlamos con el miembro más mayor de la misma, Javier Durán, quien está al frente de un grupo compuesto, al contrario que la de Huerta de Vero, por ocho personas, todas mayores de 30 años. «Somos un grupo de amigos, algo fundamental para que una comisión funcione», confiesa Durán. 

La obtención del dinero para estas fiestas es similar, aunque con algunas diferencias. El Ayuntamiento de El Grado, al que pertenece este municipio, también colabora económicamente. También obtienen ingresos por persona y niño y de la barra del bar.

Pero cuentan con otros colaboradores extra, las empresas de Artasona. «Cada una de ellas nos regala un jamón y con ellos, realizamos meriendas o almuerzos para todo el pueblo», explica Durán. Es decir, las pequeñas empresas del pueblo se encargan de los aperitivos de las fiestas. «Gracias a estas aportaciones durante las fiestas habitualmente ofrecemos algo de comer en el descanso del baile. Por ejemplo, todos los sábados damos pan con tomate y jamón. Una tapa que además nos ayudan a realizar los vecinos del pueblo. El resto de días ofrecemos otro tipo de aperitivos. El año pasado fueron churros, este será el turno de las palomitas».

Durán también forma parte de esta comisión «por amor a nuestro pueblo», aunque confiesa que «todos los años terminas cabreado porque la gente se queja por alguna tontería y dices que nunca más. Pero siempre volvemos», declara. 

Aun con todo, confiesa que organizar las fiestas merece la pena. «Llega el lunes y nos sentimos tristes porque ya han acabado. Se trata de tres días muy intensos y estresantes, en los que acabas agotado porque lo vives durante todas las horas. Además, aunque el pueblo nos apoya, a menudo recibes críticas y eso nos duele. Pero merece la pena», confiesa. 

«Cuando después de organizar las fiestas, recibes críticas por tonterías, duele»

Javier Durán,comisión de fiestas de Artasona

Este grupo de amigos comienza a organizar las fiestas en enero, momento en el que contratan las orquestas, las jotas, los parques infantiles y todo aquello que se deba contratar con antelación. «Muchas personas se piensan que con contratar a las orquestas ya están las fiestas en marcha. Pero no. Existen muchas tareas y más nosotros que intentamos organizar muchos actos. Se trata de tres días a tope y siempre quedan muchos detalles pendientes», añade Durán.

Las fiestas en honor de san Plácido, están a la vuelta de la esquina y Durán confiesa que tiene muchas ganas. «Además, este año como novedad hemos añadido un acto: la ronda por el pueblo con la charanga», concluye.

Artasona disfrutando de la fiesta de la espuma. Foto: S.E.

Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter

Más en Somontano