Dos años después y tras una pandemia de por medio, el festival solidario Sáhara Colour Rice vuelve este verano con más fuerza que nunca y donde lo dejó: listo para celebrar su décima edición. Como ya es tradición, se celebrará en la llera del río Ésera en Campo el próximo sábado 25 de junio. Y como es habitual, la entrada para el recinto será un kilo de arroz y una caja de lápices, que será enviada a los campamentos de refugiados saharauis.

Sergio Sesé, de la organización del festival, asegura que esta edición es muy especial para todos. «El objetivo era poder vernos de nuevo y transmitir a la gente las ganas que tenemos de colaborar. Estos dos años hemos recaudado dinero vendiendo camisetas y con subastas. Pero con el festival es una labor distinta y un reto mayor», explica. En este tiempo, han planteado nuevas ideas para dar a conocer la realidad social y política del Sáhara Occidental en un año donde se ha hablado mucho de su situación.

«Desde luego llevamos unos meses que el Sáhara no ha dejado de estar en las portadas. Ahora la gente igual lo conoce un poco más. Es una oportunidad para dar a conocer lo que está pasando ahí», señala. En ese sentido, la profesora de Monzón Carmen Castán impartirá una charla a las 12 horas donde contará su experiencia en los campos de refugiados. Indica que ese espíritu de compromiso se ha hecho notar en las decenas de voluntarios que están ayudando a preparar el Festival Sáhara Colour Rice. Actividades divulgativas, degustaciones, exposiciones y conciertos amenizarán una solidaria jornada.

Las expectativas para esta edición son grandes y desde la organización aseguran «un lleno en la pista». «Otras ediciones hemos recaudado mil kilos de arroz y nos gustaría seguir con esta tonelada. Es un año distinto y nos han dicho que va a venir mucha gente. Hemos colocado más sillas y mesas para que todos estén cómodos», apunta Sesé. Una vez más, la Asociación Amigos del Pueblo Sharaui en el Alto Aragón (Alouda), ha colaborado en el Festival Sáhara Colour Rice ofreciendo ayuda y asesoramiento, tanto en las charlas informativas como para enviar el material a los campos de refugiados. «Nos aconsejaron que era un método de colaboración muy bueno y era lo mejor que podíamos aportar. Enviar arroz y pinturas es la mejor fórmula», añade.

Actividades y programación

Según la organización, «el resumen es que empezaremos pronto para poder acabar tarde». El pistoletazo de salida será a las 11’30 horas con juegos tradicionales en la llera del río y otras actividades organizadas por los monitores de la Asociación Juvenil Barasona. A la misma hora está prevista una bajada de rafting a cargo de la empresa Agualate, que opera en Albalate de Cinca y Campo, así como un concurso de paellas en el que tanto profesionales como amateurs podrán ponerse a los fogones para alimentar a todos los asistentes con sus creaciones.

Por la tarde, sobre las seis de la tarde será el turno de los cuentacuentos y juegos infantiles. A partir de las siete será el turno del DJ Tremendo Capazo, es residente del bar La Estrella de Huesca. Paralelamente a los juegos y la música, también se celebrarán charlas para explicar la realidad del pueblo saharaui, su historia y situación actual. «Siempre lo decimos, no es un festival donde nos posicionamos políticamente. Queremos hacer visible la reliadad saharaui y apoyar lo máximo posible a esta causa», añade Sesé.

Sho Hai, Fongo, …

La fiesta seguirá a las nueve con Perdita Durango, un grupo oscense de pop-rock con influencias británicas de los años noventa. Luego será el turno de Bicho Humano, un grupo que en el 2019 tocaba en un garaje y ahora ya se está haciendo notar en la escena musical del pop-rock. Entradas las 23 horas, le tocará a uno de los grandes del rap y fiel a la cita, Sho Hai. No ha podido resistir la tentación de venir por tercera vez al festival para ponerse a los CDs. Ya a la una de la madrugada el Rey de las Cantinas cederá
el testigo a Zumo de Lepra, que con su denominado “punk impresentable” nos hará saltar a golpe de guitarra y batería.

«Estamos muy agradecidos a todos los artistas. Partimos de que no podemos pagar a nadie porque es un festival solidario, quitando el alojamiento que les podemos dar y la colaboración del pueblo. La aceptación es muy buena, hay grupos que se podrían ir a otro sitio a ganar dinero bloquean la fecha para poder venir a apoyar la causa», indica satisfecho el organizador. Las dos últimas actuaciones del festival correrán a cargo de Fongo. De dos a tres de la madrugada nos harán un viaje con su música, con influencias del rap, ska, rock, funk, electrónica y ritmos latinos con letras cargadas de crítica social.

Por último, la edición 10+2 del festival la cerrará otro de nuestros artistas que repiten, Kikeman. El veterano dj aragonés, con su variado estilo y recursos promete hacer honor a su lema cuando actúa: ¡No dance, no glory!. Paralelamente a los conciertos, durante la tarde habrá varias food trucks por el recinto. Por otro lado, durante el Festival Sáhara Colour Rice se venderán as pulseras con la bandera saharaui hechas por los alumnos de la escuela Cerbín y los usuarios de la residencia para la tercera edad de Campo.