Ayer lunes arrancó la segunda semana del XXIV campus José Torres Gella bajo la tutela de la UD Barbastro. En total participan alrededor de 150 chavales de entre 4 hasta primer año de juvenil. Además, hay 26 personas ayudando a gestionar el campus en labores de monitores y organización.
”Estamos satisfechos con estas cifras, aunque el hándicap ha sido salir tan tarde. Los chavales han tenido tres o cuatro semanas para organizarse y las familias lo han tenido que compaginar con los trabajos”, explicaba en la presentación del campus a los medios de comunicación Julio Salinas, nuevo integrante de la estructura deportiva de la UD Barbastro. En labores de organización junto a Salinas han estado Carlos Renau y Kike Rausell, este último anunciado como nuevo fichaje para el primer equipo barbastrense además de coordinador del fútbol base.
La Asamblea de Socios aprueba el nuevo proyecto de la UD Barbastro
Rausell y Salas, de regreso a casa
El campus se ha adaptado a las necesidades de las familias habilitando una flexibilidad de horario para que los padres puedan llevar a los pequeños más pronto y llevárselos más tarde.
“Después de una trayectoria de 24 años no vamos a descubrir el campus”, apuntaba Salinas, quien destacaba que la idea es “compaginar aspectos fundamentales como disfrutar y relajarse después de un año de estudios con horarios muy controlados. Todo ello se compagina con la pasión por el fútbol y el juntarse con los amigos. También el volver a convivir todos juntos”.
A la vez que se entrena y se juega a fútbol, se produce el aprendizaje: ”No está solo enfocado al fútbol, sino que también lo enfocamos a otro aprendizaje para que se pueda reutilizar en su día a día”.
Según Salinas, ”se incide de manera especial en la dinámica propia de lo que es el grupo, el equipo, aprender a convivir, la solidaridad, aspectos sociales a la hora del desayuno. Tenemos que preocuparnos de que todo quede en las mismas condiciones, justo como estaba antes del desayuno”.
En cuanto al terreno de juego y su lamento constante por el mal estado, argumentaba que ”nos adaptamos a los medios que nos dan”. De esta manera, se trata de ”sacarle el mayor rendimiento con lo que hay. Es cierto que no tiene nada que ver el desarrollo de un campus con el juego o el trabajo que se tiene que realizar en otro tipo de actividades”.
Y concluía: ”No hay que descubrir nada. Yo no había nacido cuando este campo se construyó. El campo ya ha dado de sí y todo el mundo ve que para que se pueda realizar una práctica adecuada de fútbol. No está en las condiciones necesarias para desarrollar la actividad”.
A modo de colofón final del campus, el sábado 16 de julio se lanzarán los penaltis solidarios. El beneficio será destinado a la Asociación de Asistencia a la Infancia.
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