Somontano

Encarni Domper: «Cuando comencé, hace 30 años, algunos no me tomaban muy en serio»

El trabajo de las mujeres en los campos, con el ganado y en las casas ha vivido bajo un silencio durante décadas. Sin embargo, ellas se sienten orgullosas de ese pasado, lo reivindican y se muestran satisfechas de que, ahora, esa labor se reconozca

Encarni Domper, vecina de Peraltill, hace ya tres décadas decidió dedicarse de forma profesional a la ganadería. Foto: C.Lanau
Lola Gª Casanova
11 marzo 2024

Hablamos con Encarni Domper en la jornada del 40º aniversario de la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural del Alto Aragón (Afammer). Ella nació en Salas Altas y se casó en Peraltilla. Allí, hace ya tres décadas decidió dedicarse de forma profesional a la ganadería. «En esos primeros años, al ver que era una mujer, me preguntaban si ayudaba a mi marido. Y al responder que no, que era yo la titular de la explotación notaba en el interlocutor una cierta sorpresa. Muchas veces se lo tomaban un poco a broma. Pero esa reacción pasó y ahora veo casi impensable que se ponga en duda la valía de la mujer en este sector».

Domper, además, desconocía todo del negocio. «Recuerdo muchas anécdotas, por ejemplo, pensaba que a los cerdos había que pincharles en el culete… ja, ja y me dijeron ¡qué dices, que vas a estropear el jamón!». Pero aprendió. «Conté con el apoyo de la empresa integradora. Otro tema que tuve que tener claro es que no se trataba de animales domésticos. Por supuesto hay que cuidarlos lo mejor posible, pero en aquella primera época podía echarme a llorar si alguno se moría».  

Domper, ante el futuro del sector reclama unos precios justos, sobre todo en lo referente a la agricultura. «Vivir sólo de la tierra resulta muy complicado porque los costes de producción se han disparado. La ganadería, por ahora, resulta más rentable». No omite que  esta profesión conlleva mucha dedicación pero, a la vez, «tu eres tu propio jefe y te organizas. Lo cual supone una ventaja a la hora de cuidar de tus hijos y de la casa ya que los servicios en los pueblos han ido a menos». 

Comenta que uno de sus hijos, durante la pandemia, decidió dejó un trabajo estable en Zaragoza capital para regresar a Peraltilla y dedicarse al sector primario. «Está contento, pero a veces, duda y comenta si habrá elegido bien apostando por el campo», concluye.

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