Hace apenas dos semanas, Argentina se convirtió en la nueva campeona del mundo tras vencer a Francia en los penaltis en el Mundial de fútbol Catar. El combinado nacional argentino no lograba esta hazaña desde 1986. Por ello, el país entero estalló de júbilo en Buenos Aires, llenando hasta la bandera las calles de la ciudad. Sin embargo, lejos, en Barbastro, a 11 mil kilómetros de la capital argentina, también hay campeones del mundo.

El municipio oscense cuenta con varias familias argentinas afincadas en la ciudad. Una de ellas son los Tornatti, quienes lo han vivido al máximo al otro lado del charco. “Durante la final del Mundial, en nuestra casa, hubo momentos de ilusión y tensión. Teníamos todos los sentimientos a flor de piel”, relata Matías Tornatti, integrante de la familia argentina.

Tras el penalti que certificaba la victoria albiceleste, “subimos a los coches con música típica de allí y salimos festejar, a dar vueltas y luego, cómo no, a festejarlo al bar y bebiendo fernet, que no nos lo quita nadie”, cuenta el joven. De la misma manera, ha proseguido afirmando que “en casa hubo de todo: lágrimas, risas, lloros… Sobre todo de los más mayores. Mi padre vivió el Mundial del 86 y, por asuntos familiares, es algo que te emociona”.

Sin embargo, en la familia Tornatti creen que el fútbol va más allá del deporte. “Yo creo que nos lo merecíamos porque las cosas están como están en Argentina con el tema económico… Que un país con tanto potencial esté así, la verdad es que da mucha pena”.

A su vez, Matías ha afirmado que “el hecho de ganar el Mundial ha significado una locura para el país por la gente que ha salido a festejarlo. Yo creo que implica muchas más cosas más allá del fútbol. Tiene connotaciones porque los políticos se han dado cuenta de que si nos queremos unir para algo, podemos salir a la calle. Se han abierto muchas puertas, que eran necesarias ver”.

Una vez certificada la victoria, “vecinos, amigos, de todo, incluso gente que prácticamente que ni conoces nos han dado la enhorabuena”. Aunque también “ha habido quien ha dicho que el mundial estaba regalado”, desliza Tornatti.

Así pues, la familia argentina cierra el año por todo lo alto en lo referente a lo futbolístico. De seguro que, en estas fechas navideñas, tendrán mucho que festejar. Los Tornatti podrán presumir de lucir una nueva estrella mundialista, la tercera, en la camiseta de su selección. Una estrella que va más allá del fútbol.