Ahora y siempre
Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
Ahora y siempre

¿Y tú de quién eres? (III)

Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
15 mayo 2022

Cómo poder corresponder diocesanamente a tanta GRACIA recibida por medio de María! ¡Cómo no agradecerle que nos haya regalado el don de mirar la vida con los ojos de Dios! ¡Cómo no celebrarlo y festejarlo desde el sentimiento más profundo de gratitud y al mismo tiempo ofrendando nuestra vida como carta de Dios para quienes todavía no lo conocen o dudan de Él!

Damos gracias a Dios por ser hijos de tan buena madre: la Virgen de El Pueyo.
Patrona de la Diócesis de Barbastro-Monzón tiene su trono en la cima de un monte cercano a Barbastro.

El santuario fue construido después de la aparición de la Virgen en 1101, un año después de la conquista de esta ciudad a los sarracenos. Balandrán, según cuenta la tradición, pastor que apacentaba su rebaño en el Pueyo, observó extrañado un resplandor que emergía de entre las ramas de un almendro. La Virgen le pidió que mediara ante el Consejo de la ciudad para que se levantara una ermita en aquel lugar.

El primer documento histórico que hay es de 1251: el rey Jaime I, el Conquistador, firmó un decreto por el que, a ruegos de su esposa doña Violante, se establecía una capellanía en la ermita de El Pueyo.

San Balandrán, el vidente de la imagen de la Virgen, ordenado sacerdote años más tarde, sería su primer capellán. Aquella ermita se quedó pequeña ante la afluencia de romeros que acudían a visitar a la Virgen. Se construyó un templo románico, que más tarde daría lugar a otro más grande de estilo gótico, hasta que en 1680 el santuario fue agrandado y remozado.

En el año 1889, después de un sinfín de avatares, con una desamortización que nunca llegó y debido a la valiente oposición de muchos barbastrenses, se estableció en el santuario una comunidad de benedictinos que cumplieron su misión de un modo ejemplar y contribuyó con sus vocaciones al sostenimiento de florecientes misiones en Filipinas y en Australia.

Con la persecución religiosa del siglo pasado, en la que fueron martirizados 18 monjes, el monasterio quedó truncado. La comunidad de claretianos estuvo hasta el 2009 dejando su relevo a los actuales monjes del Instituto del verbo Encarnado.

Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter

Leer más
Más en Ahora y siempre