El consejero de Agricultura del Gobierno de Aragón, Javier Rincón, destaca la fortaleza del porcino, la fruta y la agroindustria como ejes de la economía rural aragonesa. Sin embargo, advierte también de los desafíos que afronta el sector: la flexibilidad en el reparto de fondos europeos, la modernización de regadíos. Y, sobre todo, la falta de relevo generacional en el campo, podrían limitar el desarrollo futuro de esta área.
¿Cómo ve el consejero la economía rural aragonesa?
Es difícil hacer una foto de la situación porque la economía rural aragonesa es muy diversa. Depende de las zonas y depende de los sectores. Yo veo sectores que van bien y que tienen una capacidad de recorrido y de crecimiento importante. Y veo otros sectores que en este momento seguramente tienen más dificultades. No veo una foto única.
¿Cuáles son los principales pilares en este momento de lo que es la gran transformación del mundo rural aragonés?
Yo creo que las macromagnitudes lo dicen. Nosotros tenemos una producción ganadera mucho más alta que la producción ganadera media española, sobre todo con la concentración del porcino. El porcino es prácticamente el 40 % de toda nuestra producción, y el 60 % de la producción ganadera. Y luego, Aragón tradicionalmente es un gran productor de fruta de hueso, ya que somos el mayor de España.
Eso serían nuestras dos principales patas, aunque luego por suerte lo tenemos también diversificado en otros sectores, algunos también punteros como el de la alfalfa. Tenemos mucho cereal de secano y de regadío, con grandes extensiones de este tipo.
Nosotros prácticamente con cinco o seis sectores, que son el porcino, el bovino, el avícola (huevos y pollos), el cereal, la fruta, sacamos más del 80% de nuestra producción final.
Y en ese escenario aparece el PEPAC, el Plan Estrategio de la Política Agraria Común. ¿Qué supone para Aragón este proyecto?
Para Aragón es un instrumento fundamental, tanto para lo que hemos conocido siempre como el pilar de las ayudas directas, como para lo que es el segundo pilar de desarrollo rural, lo que es el FEADER, las actuaciones cofinanciadas.
Sin estas actuaciones yo creo que el medio rural aragonés y el sector agroganadero sería diferente. Esto ha posibilitado la creación de la transformación de los regadíos, la modernización de las explotaciones, la incorporación de los jóvenes, todas las acciones de los grupos LEADER, la agroindustria, las ayudas cofinanciadas de agroambientales, ecológicas y de otro tipo.
Yo creo que sin estos instrumentos, no sólo en Aragón ni en España, sino en toda Europa, el mundo rural sería muy diferente y estaría en una situación muchísimo peor de la que está. Ha sido un instrumento transformador de los territorios.
¿Es suficiente el dinero que hay en este momento en el plan estratégico?
Es evidente que cuanto más dinero tienes, más cosas puedes hacer, está claro. Son partidas importantes y se pueden hacer muchas cosas. Es cierto que a veces, estas son actuaciones que se planifican en un momento dado, en este caso el PEPAC se aprobó en agosto del 22, y ha habido varias modificaciones porque es muy difícil ajustar en líneas concretas el presupuesto. Hay líneas en las que falta dinero y hay otras en las que sobra, porque no hay solicitudes o porque los requisitos a veces son difíciles de cumplir.
Entonces, digamos que aquí hay dos problemas. Uno es si el dinero es suficiente o no, pues lógicamente cuanto más hubiera mejor, pero son partidas importantes. Pero luego a mí me gustaría que el sistema fuera más flexible y que permitiera ajustarnos a las demandas del sector con mayor facilidad.
¿Cómo podríamos mejorarlo ahora que se está ya entrando en la preparación del siguiente periodo?
Ahí estamos en un momento de incertidumbre, porque el siguiente periodo ya no es solo una cuestión de reducción de fondos, que hay que ver al final en qué queda y cómo se detalla, sino en ese fondo común donde se van a agrupar todos los programas como el FEADER. Veremos al final cómo se hace el reparto, que estará en manos de la administración del Estado porque al final es el interlocutor con Europa.
Veremos qué porcentaje se dedica al sector agrario en este caso, al desarrollo rural, y qué capacidad tenemos también las comunidades autónomas de preparar un documento similar a lo que tenemos ahora ajustado a nuestras necesidades. La realidad agroganadera de Aragón no tiene nada que ver con la de Galicia o con la de Cantabria.
Entonces, nosotros lo que estamos intentando o lo que queremos es que las comunidades sigamos siendo importantes a la hora de poder configurar esos programas de acuerdo con nuestras necesidades. Nosotros a lo mejor tenemos aquí una necesidad de modernizar regadíos, y en otras comunidades tienen otras.
Entonces nos da un poco de miedo porque se está planteando una actuación parecida a lo que han sido los MRRs (Mecanismos de Recuperación y Resiliencia) y que desde Madrid se planteen unos escenarios comunes que luego son muy difíciles de ajustar a la realidad de cada comunidad autónoma.
Lo que nos gustaría es tener voz y voto en ese reparto futuro de los fondos, que ya no van a ser exclusivos del sector, sino que vamos a formar parte de un gran paquete donde tenemos que intentar que por lo menos se siga dedicando al sector lo mismo que se dedica ahora, y si fuera posible más.
¿Cuáles han sido las prioridades a la hora de establecer el reparto de los fondos que tiene Aragón en este momento?
Yo a eso puedo contestar dando mi opinión, pero claro, eso es un reparto que se hizo en el año 2022 con otro consejero y con otro gobierno. Entiendo que con la mejor voluntad, es un proceso de diálogo con las organizaciones agrarias, con las cooperativas, con mucha gente y yo entiendo que al final se detectan las principales necesidades y se van asignando los fondos de acuerdo con eso.
Son líneas clásicas: la agroindustria, los grupos LEADER, los jóvenes, la modernización de regadíos, etcétera. Sí que es cierto que esta vez respecto al PDR nosotros echamos de menos que se dedicará más dinero a la creación de regadíos, que hay unas cantidades prácticamente irrisorias. ¿Que en parte puede deberse a que también con los planes hidrológicos la creación de regadíos es más difícil? Nosotros creemos que sigue habiendo capacidad.
Entrando en el detalle, las principales líneas presupuestarias que hay en el PEPAC son la primera, con 64 millones pendiente de ajustar, la transformación, comercialización y desarrollo de productos agrarios; la segunda es el LEADER; la tercera es la ayuda a zonas con limitaciones; y la cuarta jóvenes agricultores.
¿Qué me puede decir el consejero de estas cuatro líneas que son las que más presupuesto tienen?
La línea de industrias agroalimentarias es una línea que está funcionando bien. Ahora, recientemente, hemos resuelto la convocatoria del año pasado y hay una nueva ya firmada con más dinero y con más recursos propios, porque claro, hay que tener en cuenta también que el PEPAC le obliga al Gobierno de Aragón a hacer un esfuerzo mayor, porque la cofinanciación FEADER es menor que en el PDR, por lo tanto ese dinero lo tenemos que cubrir nosotros con más recursos propios.
Entonces, la línea de agroindustrias se ha resuelto bien, se ha ampliado el crédito que había para llegar a todos los expedientes, y se está trabajando muy bien. Están creando empleo, están exportando, etcétera.
En los grupos LEADER pasa lo mismo, aunque son muchos. Se hacen un montón de actuaciones de todo tipo, de apoyo a pequeñas industrias agroalimentarias, o de proyectos turísticos. En fin, hay cantidad de proyectos sociales, incluso de vivienda en algún caso. Luego, en las zonas con limitaciones es una manera de apoyar a la gente que está trabajando en zonas en las que el acceso es más difícil.
Y sobre el tema de los jóvenes agricultores, siempre lo digo, es un tema que nos preocupa mucho. Es una de nuestras principales prioridades pero no está funcionando como a nosotros nos gustaría. No hay suficiente gente que solicite estas ayudas y estamos dándole vueltas a ver cómo hacemos el sector más atractivo para los jóvenes. Esa es una actuación que nos preocupa porque es cierto que se incorpora menos gente de la esperada y no damos con la tecla para ser capaces de conseguir que el campo se rejuvenezca.
Estamos hablando de jóvenes agricultores en un momento en el que el modelo económico está cambiando en muchos sectores: hay concentración, etc. Incluso en el campo en este momento han aparecido ya grandes empresas de servicios que lo que hacen es gestionar ya la tierra, yéndose a un modelo de concentración más profesional.
¿Cuál es para el consejero el modelo que tiene que seguir Aragón en agricultura?
Yo creo que no hay un modelo único. En Aragón, igual que tenemos Stellantis o pequeñas fábricas de 20 trabajadores, el campo también es muy grande y hay sitio para todo el mundo. Hay sitio para grandes explotaciones y hay sitio para pequeñas explotaciones.
Es cierto que las pequeñas se enfrentan a dificultades. Pero hay muchas fórmulas de colaboración, o a través de cooperativas, a través de sociedades de transformación, a través de otras fórmulas, donde esas pequeñas explotaciones pueden tener también su lugar y funcionar como de hecho están funcionando en muchos sitios.
El modelo al final pasa por hacer las cosas bien. Pasa por exportar, porque nosotros somos una comunidad netamente exportadora, y tenemos que seguir en esa línea. El sector necesita unidad para trabajar juntos. Por ejemplo en cuanto a las cooperativas, hay cooperativas pequeñas que sería interesante que se fueran asociando e ir creando cooperativas más grandes y fuertes.
Luego hay grandes explotaciones como pasa en otros sectores. Si en el plano comercial tenemos grandes superficies y la tienda de barrio pequeña que cubre las necesidades de determinadas personas, yo creo que hay que hacer esa traslación a nuestro sector. No pasa nada porque haya empresas grandes y porque haya empresas pequeñas.
Ha nombrado la palabra exportaciones. Exportaciones va vinculado a un mercado global y en este caso un lío tremendo respecto a los aranceles.
Sí, es cierto. Parece que ahora ya se clarifica un poco la situación pero hemos vivido unos meses en los que esto era una montaña rusa, “una montaña USA” que dije yo un día en las cortes.
Nosotros en comparación con el resto de comunidades exportamos mucho, pero a Estados Unidos en concreto no, y somos la última o la penúltima en este sentido.
Esto no quiere decir que nos parezca bien. Nosotros estamos en contra de los aranceles, siempre lo hemos dicho, sobre todo al sector agroalimentario. Entendemos que es una barbaridad y que no debería ser así, pero las negociaciones que lleva la Unión Europea son las que son.
Por nuestra parte con que una sola empresa de Aragón tenga problemas ya nos preocupa. Y estamos intentando ayudar a las empresas más afectadas. Se ha hablado del sector del vino, que aunque no exporta a Estados Unidos la mayor parte de su producción, ni pone en una situación igual a todas las denominaciones de origen, estamos haciendo un esfuerzo para ayudarles a abrir nuevos mercados con Aragón Exterior, ferias, o potenciar su promoción nacional para que al final puedan vender sus productos en otro sitio.
Después, otros sectores que también exportan, como el sector del porcino, son muy dinámicos. Son capaces de buscar nuevos mercados como ha ocurrido en el pasado, porque hubo una época en la que vendían a China una gran parte de su producción y ahora al reducirse han abierto otras líneas de negocio.
Uno de los principales pilares de esta transformación del mundo rural evidentemente ha sido la industria agroalimentaria, donde ha habido liderazgos empresariales que han conseguido abrir nuevos mercados.
¿Cuáles son los principales retos del departamento para esa agroindustria de transformación?
Yo creo que nuestro principal reto sería, y se ha avanzado mucho en este sentido, intentar transformar en Aragón todo lo que se produce en el territorio. Y si fuera posible, más.
Partíamos de unos porcentajes bajos, y había una cosa que se decía siempre: “nosotros éramos productores pero no éramos transformadores”. Ahora en cambio transformamos mucho. Estamos transformando en torno a dos tercios de nuestra producción y generando valor añadido.
Tenemos que seguir en esa línea porque así generamos puestos de trabajo. Las industrias están invirtiendo, están renovando, están ampliando, y eso se debe a que hacen un gran trabajo, a que tenemos empresas fuertes con capacidad también de salir y de exportar, que no es fácil. Se abren ventanas de oportunidad, como hemos visto con el protocolo de China o el sector de la cereza, en el que también somos punteros y atrae inversiones que antes se iban afuera en buena medida.
En Aragón, hace un tiempo, tener un territorio muy amplio era una dificultad. Después de todos estos años de inversiones en agroindustria, etcétera, ¿hemos conseguido darle la vuelta a esa percepción?
Yo creo que sí, y no solo por nuestros actores. Al final tener un territorio grande da más oportunidades que tener un territorio pequeño. Aragón, al tener recursos, al tener agua, ha podido crear regadíos, y a su vez esos regadíos se han creado porque había un territorio en el que se podía. Lo mismo está ocurriendo ahora con las instalaciones de energías renovables.
Hay una serie de factores se dan en Aragón y por eso vienen centros de datos e inversiones millonarias. Influyen muchísimas cosas desde hace muchos años, con excepciones desgraciadamente porque hay zonas más deprimidas, pero bueno yo creo que hay amplias zonas del territorio que han encontrado un camino de desarrollo que hace que estemos en una situación bastante buena.
El actual PEPAC termina en el 2027 y se está empezando a trabajar ya en el nuevo periodo que vendrá. ¿Cuáles son los retos que planteará el consejero Aragón en esa nueva negociación de los fondos europeos?
El reto principal es por lo menos no perder lo que tenemos: intentar conservar unos fondos similares a los que tenemos. A su vez, que nosotros seamos capaces o tengamos la posibilidad de proponer actuaciones ajustadas a la realidad de nuestro sector agrario.
Luego, si las cosas más o menos se mantienen como están, tenemos que continuar en las líneas que están funcionando bien. Tenemos que pensar muy bien cómo hacer más atractivo el sector para los jóvenes, que insisto, ahora no lo estamos consiguiendo; tenemos que seguir apoyando a nuestras industrias transformadoras; tenemos que seguir modernizando nuestros regadíos; y en la medida de lo posible, tenemos que intentar crear regadíos y trasladar a Europa que la agricultura mediterránea no tiene nada que ver con la agricultura centroeuropea. Esos son nuestros retos.