Este lunes ha comenzado una nueva edición de la Escuela Sindical de Comisiones Obreras en Morillo de Tou, a cuya inauguración ha acudido Unai Sordo, secretario general de este sindicato. Le han acompañado el secretario en Aragón, Manuel Pina, y el alcalde de Aínsa-Sobrarbe, Enrique Pueyo.
Pina explicaba el objetivo de esta Escuela Sindical: «Intentamos tener un espacio de debate, de formación y de escucha sobre temas en los que queremos profundizar. Y lo hacemos en Morillo de Tou, que es un proyecto que forma parte de nuestro ADN». Pina recordó que CCOO logró la cesión de este núcleo, por parte de la Confederación Hidrográfica, en 1986. «El año que viene se cumplirán 40 años de un proyecto consolidado donde hemos puesto trabajo, dinero e ilusión», añadió.
El alcalde de Aínsa, Enrique Pueyo, incidió en que Morillo de Tou fue uno de los ejemplos destacados en los años más duros de la despoblación. «El cambio de cómo estaba en los 80 a cómo está en la actualidad es espectacular. En unos años en los que el censo de Sobrarbe apenas superaba las 6.000 personas, este lugar se convirtió, con muchas manos voluntarias y el empuje de Comisiones Obreras, en una firme apuesta por el mundo rural y el turismo que a día de hoy sigue siendo referente y fuente de inspiración para la comarca», explicó.
Unai Sordo en la Escuela Sindical de Morillo de Tou
El secretario general de CCOO ofreció la ponencia de apertura de esta Escuela Sindical, que se desarrolla hasta este miércoles 17 de septiembre. Entre los temas que están tratando, los retos de la transición tecnológica, la Inteligencia Artificial y su impacto en el mundo del trabajo.
Unas 80 personas participan en este encuentro, que cuenta con una veintena de expertos. Entre ellos, Adrián Todolí Signes, profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Valencia. También Sergio Salgado, analista tecnopolítico, fundador y presidente de la plataforma para la innovación democrática en la era digital Xnet, o Henar Álvarez, Catedrática de Derecho del Trabajo y Seguridad Social por la Universidad de León.
Unai Sordo puso sobre la mesa el impacto de la transición digital no solamente a nivel social, «donde la falta de certeza y la incertidumbre generalizadas tienen que ver directamente con la dificultad para comprender esta transformación». También a nivel geopolítico, «donde todo obedece a unos intereses y hay que disputarlos».
El impacto de la IA
Así, Sordo apuntó que el 72 % de los currículos ya no los ve un ojo humano sino un algoritmo, y que las negociaciones con gobierno y patronal irán encaminadas no solo a la duración de la jornada laboral, sino también a los criterios con los que se configuran esos algoritmos para evitar situaciones de discriminación. Por eso, ha dicho, «la transición digital no es neutra, hay que formar a la gente».
El secretario general concluía la visita con buenas palabras hacia Morillo de Tou, Aínsa y la comarca de Sobrarbe, considerando que se dan los ingredientes idóneos para que la transición tanto energética como digital se produzcan de manera respetuosa y equilibrada. «Recuerdo toda mi vida sindical viniendo a Morillo. Ahora la frecuencia es anual. Sobrarbe es un espacio privilegiado en España y Aragón y aquí la digitalización también puede aportar nuevas realidades de trabajo y de conciliación entre la vida urbana y la rural».