Una esquiadora vecina de Madrid murió el pasado lunes en la estación de esquí de Astún tras caer por una ladera. Ese fue el tercer luto que ha tenido que lamentar la estación oscense en menos de una semana. Una paradoja sin precedentes que hace preguntarnos qué está pasando en la montaña y cómo se puede salir a ella de forma segura.
Jairo Lanau, director técnico de la cronoescalada de Cerler y miembro de Montañeros de Aragón Barbastro, asegura que se están dando unas «condiciones curiosas». Hace muchos días que no nieva y la nieve que hay «está durísima». Además, después de la lluvia caída hace algunas semanas «vino mucho frío y lo congeló todo». En enero el sol calienta menos y el suelo, a veces, se convierte en «un cristal». En este sentido, lamenta que «se mezcla un poco todo; las malas condiciones y que les ha tocado a ellos».
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Y hay que tener en cuenta que toda esta siniestralidad en las pistas de esquí se está dando cuando no hay apenas riesgo de aludes. «Es curioso el paralelismo», indica Lanau. La capa está estabilizada por la lluvia y el riesgo de aludes es «muy bajo». Aún así, como apunta el montañero, «hay que tener precaución».
¿Cuáles son las claves para salir a la montaña de manera segura?
Una buena equipación y, sobre todo, saber utilizarla. Son las dos claves «indispensables» que resalta Lanau. Si es importante ir equipado con crampones, piolet y casco, más lo es todavía saber utilizarlos. Y para iniciarse en este mundo no hay mejor manera que hacerlo a través de un club de montaña. Precisamente, Montañeros de Aragón Barbastro va a lanzar en breve dos cursos donde se enseñarán estas cuestiones. «Formarte en un club es imprescindible. Todos hacen cursos de alpinismo y salidas guiadas a corredores de nieve, por ejemplo. Es importante formarse», subraya.
Recomendaciones, no sólo para el esquí
La lluvia que ha caído este año sobre la nieve pone en alerta a todo el que la pisa. Por ello, hay que buscar zonas seguras, con poca inclinación, donde no haya barrancos debajo. Lanau pone el ejemplo de un paseo con raquetas por la zona de los Llanos del Hospital. Un lugar en el que si resbalas, «sabes que no te va a pasar nada porque la zona es segura». En cualquier caso, añade, «una persona bien equipada e informada lo va a saber gestionar».
En pleno invierno, según las condiciones de la nieve, una de las recomendaciones más escuchadas para los esquiadores es no madrugar. A primera hora de la mañana la nieve puede estar congelada y hay que esperar que los primeros rayos de sol «la transforme y le quite dureza». También es muy importante «buscar orientaciones buenas».
La montaña en verano no tiene nada que ver con la época de invierno: «Puede ser un sendero tranquilo o una pala de nieve helada hasta que llegues a una cortada. Alguien que haya subido 100 veces a la montaña en verano dice que se lo conoce, pero en invierno esa misma trozo puede estar helado y el usuario podría caer cientos de metros. Cambia mucho».
La planificación es vital. Por eso, en invierno sobre todo hay que respetar los horarios pautados. Para hacer esquí de montaña o ascender hasta un pico la recomendación es no madrugar. Aunque Lanau advierte que «tienes que controlar el tiempo y llegar antes de que caiga la noche».
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