Barbastro

Andrea Espuña: «Tenemos mil millones de motivos para estar orgullosos de Barbastro»

Andrea Espuña Sierra, nueva colaboradora de la sección "A cuatro manos" de El Cruzado Aragonés. FOTO: S.E.
Andrea Espuña Sierra, nueva colaboradora de la sección "A cuatro manos" de El Cruzado Aragonés. FOTO: S.E.
Cristina Lanau Carpi Lanau Carpi
02 noviembre 2022

“Soy Andrea Espuña Sierra y soy de Barbastro”. Así es como se presenta esta joven barbastrense ante todo aquel que conoce. A los 18 años se fue a estudiar a Madrid y a día de hoy continúa viviendo allí. No obstante, tiene claro que Barbastro siempre ha sido y será, su lugar favorito del mundo. Trabaja en los Servicios Informativos de Cadena COPE y en el Gabinete de Comunicación de la Sociedad Española de Radiología Médica. No obstante, Andrea tiene claro que Barbastro siempre ha sido y será, su lugar favorito del mundo.

¿Cuándo comenzó su amor hacia el periodismo?

No hay una gran historia detrás. Desde que era una niña sabía que quería ser periodista.  Fue una corazonada y nunca me lo cuestioné. Luego, sí que hubo sorpresas… En mi primer año de carrera tenía muy claro que me gustaba el papel. Que ni televisión ni mucho menos radio. En especial, la radio. No me gustaba, la veía como algo obsoleto. Luego por cosas de la vida ese verano hice prácticas en COPE Alto Aragón y no solo descubrí una pasión, encontré mi canal. El medio en el que yo me sentía más cómoda… Ahora 7 años después, me dedico a la radio.

¿Qué es lo que más le gusta de su oficio?

Tengo muchos defectos. Por ejemplo, que tiendo a la impaciencia y soy demasiado inquieta. Es algo en lo que estoy trabajando pero sé que por mucho que mejore hay una línea roja, la rutina. Necesito tener retos constantes. Y eso es algo que me ofrece mi trabajo. En este momento tengo la gran suerte de poder compaginar dos empleos. Uno en la radio que hace que me enfrente constantemente a nuevas realidades… Disfruto mucho la labor de investigación, de buscar testimonios y ponerle nombre a las noticias. También como no de la adrenalina propia del medio que es algo que engancha y es lo que hace que mis sábados y domingos de madrugada en la redacción merezcan la pena. Jamás hay un día igual y nunca me voy sin aprender algo nuevo, por insignificante que sea.

Por otro lado, trabajo en un gabinete de comunicación. Me he adentrado en la comunicación multimedia y también lo disfruto. Ocupa mi parte más creativa. Creo que el periodismo y la comunicación es un oficio de retos constantes. Los periodistas tenemos que tener capacidad de adaptación mientras disfrutamos de la sensación de no saber nada de que nos queda un mundo por aprender. El ejemplo está aquí mismo. Comienzo a escribir una columna y para mí es un desafío en todos los sentidos. Desde el papel hasta la escritura…

Actualmente está trabajando y viviendo en Madrid, ¿cómo es el ritmo de vida allí?

Todo lo tranquilo que tú quieres que sea. Más allá de las distancias que no son tan inmensas como parece y el ruido, no hay nada más. Fíjate, yo que soy mucho de emborronar los libros y hacer mías palabras de otros, tengo una frase destacada de Manuel Vilas que viene perfecta y no porque sea barbastrense, aunque evidentemente suma. Escribe en ‘Alegría’, un libro de esos que hacen que te cuestiones la forma en la que ves la vida, y dice Vilas algo así como que le da igual dónde esté, que siempre están con él todos sus fantasmas… Entiende aquí fantasmas por estilos, manías y gustos. Puedes vivir en Madrid, Roma, Barbastro o incluso Costean… El ritmo será el que tu o tus circunstancias te marquen.

Siempre lleva por bandera que la etiqueta que más le representa es la de barbastrense, entiendo que echa de menos Barbastro.

Sí. A veces más y a veces menos… Lo que más me tira es mi gente. Mis padres, mi hermana, mis abuelos… En fin, toda mi familia y amigos. Por suerte, los tengo a solo una llamada o un mensaje. Cuando necesito dormir en mi cama de siempre o compartir una copa de vino, estoy a 4 horas en coche o un rato en AVE. Ahora bien, soy consciente de que los que estamos fuera idealizamos e incluso romantizamos Barbastro.

En ocasiones ha expresado que tenemos que valorar la zona en la que vivimos, ¿cree que los barbastrenses estamos orgullosos de nuestro municipio y su entorno?

Habrá excepciones, como todo en la vida, pero creo que sí. Más que nada porque tenemos mil millones de motivos para estar orgullosos. Muchos de ellos, ni siquiera los conocemos y es una verdadera lástima. Pienso en el día que yo descubrí la leyenda del Santo Grial en el Pirineo de Huesca. Nunca había sabido nada de ella hasta que leí a Javier Sierra y desde entonces se ha convertido en uno de mis temas favoritos. Seguramente escriba muy pronto sobre eso aquí. El caso es que tenemos una tierra única pero no la conocemos del todo, al menos los más jóvenes. Hay episodios que forman parte de nuestra identidad y que no tenemos que olvidar. Te puedo hablar de Jánovas pero también de los tantos y tantos pueblos que nuestros abuelos dejaron por falta de medios y que hoy en día se caen…

Una de las causas con la que está comprometida es la despoblación.

La despoblación es una de las causas que más me interesa, en las que intento trabajar y colaborar. También en cierta medida porque siento que se lo debo a Barbastro. Es el sitio que más feliz me hace del mundo y del que yo me he ido. Entonces como soy la primera que ha cogido y se ha ido, creo que desde ese exilio o siendo “desertora” siento que le debo algo a mi tierra. En esa lucha que tengo con darlo a conocerlo al mundo, durante dos veranos (2021 y 2022) hice una colaboración en Cadena Cope hablando de pueblos de España y empecé hablando de Barbastro. Y este verano no podía faltar esa nota de Huesca y lo hice hablando de Bielsa, un pueblo que a mí me hace muy feliz. Creo que uno de los retos con los que nos topamos la provincia de Huesca es que hay mucho desconocimiento, no todo el mundo nos conoce. Ahora da mucho gusto hablar con la gente y que te respondan: yo he probado el vino, o yo he probado el tomate. Os sorprendería la de supermercados que hay en Madrid en los que hay productos de Barbastro.

¿De dónde va a obtener la inspiración para su nueva colaboración con El Cruzado Aragonés?

Podría decirte que en Barbastro y no mentiría o no lo haría del todo… Pero lo cierto es que siempre, por delante de todo, están mi familia y amigos. Son mi inspiración en todos los sentidos. También mi motivación para avanzar y mejorar. Te puedo contar una anécdota. Cuando hago crónicas de radio o cuando escribo un guion informativo pienso en mis abuelos. Si entienden lo que explico, si he resuelto todas sus dudas… Es mi forma de ser clara y buscar la simplicidad. En este caso, cuando escribo para El Cruzado, pienso en qué le gustaría leer a mis abuelos pero también a mis amigos. Y creo que aquí está la clave: la gente joven. Hay que intentar atraerlos a los medios tradicionales, es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la comunicación… Y en El Cruzado se esfuerzan por ello. El número especial de ‘Talento joven’ es el mejor ejemplo. Darle voz y rostro al futuro de Barbastro y de la zona.

¿Cómo imagina su vida dentro de unos años?

Si algo he aprendido en estos dos últimos años es que no se puede hacer planes porque la vida cambia en cuestión de segundos. A veces para mal y otras para sorprenderte y dejarte boquiabierto. No tengo una hoja de ruta más allá de que sé que quiero volver a vivir en Barbastro. No me importa demasiado el cuándo ni el cómo porque estoy segura de que llegará ese momento.

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