Barbastro

Gonzalo Castillo: «Soy un afortunado por poder aprender el oficio con mi padre»

Pintura del Automóvil Antonio Castillo es la historia de tres generaciones. A sus mandos todavía sigue la segunda generación, pero el pequeño de la familia, Gonzalo, ya está en el negocio

Gonzalo Castillo junto a su padre, Antonio Castillo, en su nave, que explican, fue la primera en construirse en el polígono de La Cerámica. Foto: C.Lanau
Cristina Lanau Carpi Lanau Carpi
20 noviembre 2023

La historia de esta empresa pertenece a tres generaciones. Todo comenzó en 1984 de la mano del abuelo de la familia, Antonio Castillo Ceresuela, cuando fundó su propia empresa de pintura del automóvil. Después, tomó el relevo su hijo, Antonio Castillo Silvestre, y ahora el futuro de la empresa se personifica en el hijo de este, Gonzalo Castillo Bernad.

“En mi época estaba bien visto que aquellos a los que no les apasionaba estudiar, siguieran con el negocio familiar. Así que comencé a trabajar con mi padre en la empresa y aprendiendo el oficio”, explica el padre.

Aunque destaca que continuar con el negocio tampoco es un camino de rosas. “Egoístamente, yo no quería que ninguno de mis dos hijos continuara con el negocio porque requiere mucho sacrificio. En un negocio familiar no descansas, siempre tienes que trabajar. Ahora que mi hijo Gonzalo ha decidido continuar, debo apoyarle y ayudarle en todo lo posible. Además, tiene la suerte de contar con un gran equipo, al que consideramos nuestra familia”, expresa. Aunque tampoco niega que le haga ilusión.

Gonzalo explica que tomó esta decisión porque le gusta el oficio. «Algunos veranos trabajaba en el taller y descubrí que me agradaba. Luego estudié el grado medio y el superior y como también me gustaron, decidí continuar con el negocio familiar», confiesa.

Aunque tiene claro que debe trabajar duro para algún día poder heredarlo. «Sé que todavía tengo que aprender mucho. Pero, por suerte, puedo aprender de mi padre. Sé que tendré muchas dificultades, pero me hace ilusión llevar la empresa como lo hace mi padre, ver que mis clientes se vayan contentos y continuar siendo una empresa familiar. Al fin y al cabo, se trata de mi legado», declara.

Gonzalo admite que contar con el apoyo de su padre es fundamental. «Nos entendemos muy bien porque siempre hemos tenido una relación muy buena, con mucha complicidad y confianza. Si nos sucede algún problema, lo solucionamos juntos. Pero esa misma confianza también hace que mi padre me exija más porque yo he elegido continuar con la empresa. Pero, en general, tenemos mucha afinidad trabajando juntos y somos muy buenos compañeros de trabajo», concluye Gonzalo. 

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