Las almetas y totones de Radiquero ya esperan a sus vecinos y visitantes para vivir juntos su Noche de Ánimas este sábado 1 de noviembre de 2025.
Además, este año con más ganas todavía ya que se trata de su primer año como Fiesta de Interés Turístico de Aragón. Un título que salió publicado el pasado lunes 5 de mayo en el Boletín Oficial de la comunidad.
Y es que la fiesta reúne los requisitos establecidos por la ley. Así, se trata de una celebración tradicional, que difunde una manera de ser y de vivir ancestral en el Alto Aragón. También transmite valores como una cultura de tradición escrita y oral en torno del hogar. Y ritos y costumbres en torno a la muerte en la noche del 31 de octubre. En esta declaración de Fiesta de Interés Turístico de Aragón se destaca que La noche de las ánimas de Radiquero busca diferenciarse de otras celebraciones, como las de Halloween que proliferan por otras zonas del territorio.
Programa de este año
Este sábado 1 de noviembre, la Noche de las Ánimas de Radiquero comienza a las 16 horas con los talleres de elaboración de calaveras-calabazas y manualidades de almetas y totones. A las 18’30 horas, descanso para degustar un chocolate con torta. El relato oral de la jornada correrá a cargo de las abuelas de Radiquero, quienes explicarán ¿Por qué esto no es Halloween? Y quince minutos después, a las 19’30 horas, encendido de calabazas y subida al cementerio en «triste comitiva» acompañando a almetas y totones, en respetuoso silencio. Por último, a las 20’15 horas, cuentacuentos a cargo de Pep Bruno, Repelús de cuentos, en la iglesia de Radiquero. El aforo para esta última actividad es limitado.
Este año, como novedad, han creado el juego El reto de las ánimas. En Radiquero han distribuido «rincones tradicionales». En cada uno de ellos, los participantes encontrarán un código QR que , tras escanearlo, les llevará a un concurso de preguntas sobre las ánimas. Aquellos que acierten (o no) podrán recoger un Juego de las Ánimas en el punto de información.
Desde la organización recuerdan no venir disfrazados (para respetar la tradición) y traer su propia calabaza para el taller.
