Hoy les voy a hablar de otro político populista, este hijo de la Gran Bretaña y líder del partido UNIT UK. Después de unas elecciones vuelve a pasearse como  un triunfador tras la  hazaña de haber protagonizado uno de los mayores fiascos de la historia reciente, el Brexit. Aunque muchos británicos se muestran aún orgullosos de aquello, la procesión va por dentro. Es una evidencia que la salida de la Unión Europea no les ha beneficiado y menos a los británicos que no son de Londres. La capital inglesa es una economía aparte, autopropulsada por su enorme industria financiera y las industrias culturales, aparte del turismo de masas. Mientras tanto, en la campiña  y el resto de ciudades del Reino Unido todo funciona peor. Sigue siendo un país admirable en muchos aspectos pero las  exportaciones a Europa cayeron un 30 % y el PIB se redujo un 0’6 en el conjunto.

El tal Farage es un tipo muy dicharachero, de cuya cara podemos deducir a primera vista  grandes cualidades, especialmente  intelectuales. Y a pesar de recordarme al gran Fofó, su aspecto no me es simpático y lleva a la idea de que mandar todo un país con tal expresión no puede traer nada bueno.

Y a eso iba. A la vieja idea del profesor barbastrense, doctor en Filosofía y Letras, sección Archivos y Bibliotecas, don José María Aniquino, de que “por sus caras los conoceréis”. El sabio insigne de nuestra infancia, sin dudarlo, parafraseó al mismísimo Jesucristo en su sermón de la Montaña. “Por sus frutos los conoceréis”, dijo el Profeta, pero el doctor Aniquino  tal vez tenía  razón: Puede que de algunos nos baste con verles  la cara.

Piense el  lector para sus adentros en todos aquellos personajes  que le inquietan y que  solo al verlos por fotos en la prensa le quitan el sueño. No los nombraré para que sea cada cual  quien elija rememorar  sus caras de los periódicos y trate de encontrar en ellas el motivo de su  preocupación.
Después,  quizás también el mismo lector identifique sin problemas el denominador común que les homologa en una misma categoría humana. Vivimos conmocionados, hoy más que nunca, por gente poderosa de aspecto muy extraño, rayando en lo friky, gente con exceso de poder económico y político  y una mala leche insoportable; quienes hartos de ambición avasallan al planeta son gente que no encuentra resistencia a sus ideas de dominio y que no se detendrán hasta conseguir ponernos a todos de rodillas. Lo único que podemos hacer los ciudadanos de a pie es darles fuerte donde más les duele, que es el bolsillo y sus poltronas, no comprando sus productos ni sus mensajes. Ni uno más. Siempre habrá  un producto  o un libro alternativo y mejor.

• NOTA para la Historia. La frase aparece en el Nuevo Testamento, y  Cristo la clava.  La cita viene en Mateo 7:16, y dice: «Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?