Carmelo Uruel nos muestra, a través de este artículo, la historia del antiguo colegio Pedro I antes de que fuera colegio Pedro I.
Hablando del emblemático edificio hoy conocido como Pedro I y por haber vivido parte de su historia en primera persona, me gustaría recordar a aquellos que por su edad lo pueden rememorar y dar a conocer a todos los demás, que el centro ahora en demolición fue construido, según información recogida del historiador Luis Alfonso Arcarazo, durante la Segunda República como Instituto de Segunda Enseñanza.
Una vez terminada la Guerra Civil, con varios años sin darle utilidad y tras acondicionamiento, las autoridades competentes deciden que el C.P. La Merced, llamado también Las Nacionales, lo inauguren como colegio de educación primaria. La alegría fue inmensa en esa comunidad educativa que pasaba de unas dependencias que no reunían las condiciones de habitabilidad necesarias para el adecuado desempeño de su labor educativa a otras nuevas, modernas y de gran capacidad.
En el año 1950 se crean en España los Institutos Laborales y se concede uno a Barbastro. Tal regalo no podía rechazarse, pero como no había locales donde ubicarlos se busca como solución provisional que compartan las instalaciones con los de La Merced. El que esto suscribe fue uno de los que vivió ese momento.
Hasta que la convivencia por razones de espacio se hace insostenible y los de primaria vuelven al antiguo caserón del Convento de La Merced, con la consiguiente desilusión y el disgusto de todos los afectados. Después la vida continúa y los laborales y los del Pedro I escriben la magnífica historia del colegio del que ahora nos despedimos con nostalgia, añoranza y pena.
Sirvan estas líneas como recuerdo a alumnos, profesores, profesionales, y cuantos hicieron uso de sus dependencias, con la seguridad de que la historia de sus hechos será lo que quede una vez que la piqueta destructora lo haya hecho desaparecer, aunque el edificio en su metamorfosis alumbre un centro de salud magnífico, tan esperado y deseado por todo el Somontano.
Afortunadamente los centros que por ahí pasaron gozan hoy de muy buena salud y mi colegio La Merced del que hemos contado algunas de sus penas, en la actualidad tiene unas instalaciones a la altura de las mejores de la provincia.