Este miércoles 15 se cumplirá el primer aniversario de Antonio Angulo, al que recuerdo con tanto afecto y admiración por su calidad profesional y humana. Nos deja un surco hondo de servicio desde la información, primando el periodismo local. Como vivimos hace un año, para mí es también un ejemplo de buen trabajador y quería recordarle en esta oportunidad que me brinda El Cruzado.
Y este lunes 13 de febrero se celebra el Día Mundial de la Radio, y en Madrid aprovecharemos para homenajear a otro grande que se nos fue hace un año: Juan Pablo Colmenarejo, con una dilatada experiencia profesional con última etapa en Onda Madrid. Juan Pablo era otro gran tipo, fallecido de repente, en la madurez de su vida, con un periodismo riguroso y documentado, siempre vibrante. Justo cuando se encontró mal estaba entrevistando a Victoria Prego, otra gran cronista de la transición, otra voz de la sensatez tan necesaria. Esos recuerdos –me veo un carroza, ya siento– se completarán el día 23 con una jornada en el aniversario de Juan Pablo y que estudiará un tema de gran actualidad como es el de la polarización. Tan actual como el tema del Día Mundial de la Radio, convocado por la UNESCO: Radio y Paz.
Traigo a Angulo y a Colmenarejo a colación tras participar en un desayuno informativo con Bieito Rubido, director de El Debate, que tras 16 meses de andadura va logrando una cifra de lectores importante (habló de 600.000) con la publicidad que no alcanza aún los niveles deseados. Ya se ve que esta lucha es general y nada fácil. Este diario de acceso abierto sin muro de pago es un jugador de un tablero que cuenta con muchos actores y que obliga al lector a un ejercicio de criba para dedicar su tiempo a lo que realmente vale la pena. El supermercado va a más y el tiempo disponible impone la selección.
La polarización y este caudal informativo disponible en abierto son temas muy presentes hoy. De un lado, los extremismos y enfrentamientos, la cancelación del contrario, la falta de diálogo y el insulto. Por otro, el respeto a las opiniones ajenas o contrarias, la construcción de puentes, los brazos abiertos a todos, la búsqueda de lo compartible. Esta polarización centrará el debate del Legado Colmenarejo que organiza su alma mater, la Universidad de Villanueva, donde era docente.
Y es un terreno que merece avances entre todos. Por eso citaba a Angulo. Bieito hablaba esta mañana de “fatiga informativa” ante la avalancha en bruto y brutal de tanta noticia, que exaspera a una audiencia que puede desconfiar y desconectar. Hablaba también de “no irritar”, actitud que me parece muy complicada tal como están las batallas por el click que se persigue con algunos titulares de escándalo, que carecen de base real.
El que fuera director de ABC enunció en la mañana de este martes 7 unos principios que ve muy importantes en la actividad periodística, que suscribo. Se refirió a tener principios firmes, junto a otras variables: “la transparencia, saber quiénes son los accionistas; la independencia económica; la honorabilidad, desterrando prácticas que cuestionan el prestigio de los periodistas; la humildad, recordando que no venimos a salvar el mundo; compromiso con el bien común; alejamiento del sectarismo; y calidad en los contenidos”.
Con realismo, Bieito pidió mejores salarios para los profesionales, como paso necesario para una dedicación ilusionada y apasionada que genere calidad para una audiencia que sea “comunidad de lectores”, es decir, audiencias que comparten intereses, que se ven atendidos en sus demandas de información útil y cercana. Esa comunidad servida y alentada por los medios que se reflejará en el respaldo del lector y en la publicidad. Espero verlo y disfrutarlo.
