El pasado sábado 6 de septiembre se celebró en el Somontano la VI Ruta de Marcha Nórdica organizada por el Club Montañeros de Aragón de Barbastro. La actividad, incluida dentro del programa de las fiestas mayores de Barbastro, comenzó en la plaza del Ayuntamiento de Peraltilla y concluyó en la plaza del Sol de El Pueyo, para después descender hasta la ciudad. La llegada estaba prevista hacia el mediodía, alrededor de las 13 horas.
El origen de esta iniciativa se remonta al año 2020, un periodo marcado por las restricciones sanitarias. En aquel contexto, el club buscó nuevas formas de mantener su actividad. Fue entonces cuando surgieron propuestas que han perdurado: la instalación de un Belén montañero en la ermita de San Juan de la Almunieta, la recuperación de antiguos caminos de la zona y, en particular, la incorporación de la marcha nórdica a las fiestas barbastrenses mediante recorridos que conectaban las localidades vecinas con la ciudad.
La dinámica consistía en elegir un punto de partida distinto cada año y enlazarlo con Barbastro a través de sendas tradicionales. Así, primero se recorrieron las rutas desde Cregenzán y Burceat, después se sumaron Costean, Salas Bajas, Pozán de Vero y Estadilla, y en esta ocasión fue Peraltilla el punto de salida.
Inicio de la jornada
La jornada comenzó temprano, con un café ofrecido en la plaza por el alcalde de Peraltilla, José Pedro Sierra, acompañado de varios vecinos. Tras este inicio, los participantes iniciaron la caminata por una pista amplia, de pendiente suave, que facilitaba la práctica de la marcha nórdica. A lo largo del trayecto, las conversaciones entre los asistentes acompañaron el avance por un recorrido que discurría entre lomas y cordales, separando los valles del río Vero y de la carretera nacional hacia Huesca. Desde algunos tramos se divisaban las sierras de Sevil y Alquézar, con los macizos del Cotiella y el Turbón al fondo, y hacia el sur se mantenía la referencia visual de Berbegal.
Tras unos 16 kilómetros y con una única pausa en la plaza del Sol de El Pueyo, el grupo, que llegó a reunir una treintena de personas, emprendió el descenso por el llamado camino de los canónigos. Este tramo conducía hasta Barbastro, con parada final en la Bodega Fábregas, donde se compartió un vermut de cierre, al igual que en ediciones anteriores.
Un detalle distintivo de la jornada fue la pañoleta azul que portaban los caminantes, acompañada en algunos casos de vestimenta blanca en referencia a las fiestas. De este modo, la marcha nórdica volvió a integrarse en el calendario festivo de la ciudad, reforzando la unión entre deporte, tradición y vida comunitaria.