La plataforma La Fueva No Se Vende ha vuelto a demostrar su rechazo «a la amenaza de los grandes parques fotovoltaicos». A través de Fovatur, la Asociación para la Promoción Turística del Valle de La Fueva, hacían entrega a los Ayuntamientos de Palo y La Fueva un total de 1.059 firmas para que las enviasen a la Dirección del Área de Industria y Energía del Gobierno de España en Aragón y al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA). Se trata del 90% de los vecinos empadronados en el municipio de Palo y más del 80% del de La Fueva. Asimismo, casi 600 propietarios de segundas residencias también se han sumado a la negativa.
«Las personas firmantes esperan que esta nueva alegación demuestre la repudia e insostenibilidad social de estas instalaciones. Los macroproyectos de energía fotovoltaica se encuentran en tramitación y sus períodos de alegación finalizarán en pocos días. Los datos estadísticos obtenidos dejan patente el gran rechazo social a los tres proyectos ‘Ussía’, ‘Guarados’ y ‘La Nata’. También a su infraestructura de evacuación», indica la plataforma.
La voz de la práctica totalidad de empresarios del valle, tanto agroganaderos, constructores, servicios, autónomos, pymes y turísticos, también ha quedado plasmada en los listados de rúbricas, «por como afectará a la viabilidad de sus negocios e inversiones una iniciativa externa al municipio, realizada sin consenso y de espaldas a los intereses reales de su población». Aseguran que son iniciativas que, al contrario de las realizadas por los propios vecinos, «no fijan población, crean valor ni desarrollo, ni puestos de trabajo reales». «En todo caso, potenciarán la despoblación de estos municipios altoaragoneses y, por consiguiente, el cierre de los negocios ya existentes», añaden.
Representación en Espiello
Espiello, el Festival Internacional de Documental Etnográfico organizado por el Servicio de
Cultura de la Comarca de Sobrarbe, no fue ajeno a la problemática que acontece a este valle. La producción ‘Ay Dio’”, de Carlos Baselga y Francisca Martín Mauri demostró, de una forma cómica, la torticera forma en la que las empresas que proyectan estas macroinstalaciones actúan sobre los territorios. El cortometraje fue reconocido con el premio al mejor audiovisual ‘Espiello Agora x l’aragonés general’.
