Barbastro

Más de 70 personas arropan la entrega de la Almendra de Oro 2025 al IES Hermanos Argensola

El acto incluyó una mesa redonda para reflexionar sobre educación y juventud y la entrega de dos simbólicas almendras, una amarga y otra garrapiñada

Profesores y exprofesores del IES Hermanos Argensola recogieron el galardón de la Almendra de Oro 2025. Foto: Cristina Lanau
El Cruzado
27 noviembre 2025

El IES Hermanos Argensola recibió este miércoles 26 de noviembre la Almendra de Oro 2025, que le ha otorgado el Patronato del semanario El Cruzado Aragonés. Recogieron el diploma acreditativo el director del centro, Carlos Barrabés y el secretario, ya jubilado, Jesús Laguarta. Este se encargó de organizar toda la programación conmemorativa del 75º aniversario del centro, que se desarrolló a lo largo del pasado curso escolar.

Precisamente la conmemoración del nacimiento del centro fue el motivo por el que El Cruzado Aragonés concedía este homenaje al centro, como reconocimiento a la labor docente realizada desde 1950 y como parte indispensable de la historia de la ciudad. «Destacamos así su esfuerzo en la ampliación de la oferta educativa, la renovación y adaptación a los nuevos tiempos, así como su contribución para impulsar el futuro generacional de la sociedad de Barbastro y comarca», subraya el Patronato.

La entrega de la Almendra de Oro 2025, que tuvo lugar en el salón de actos de la UNED de Barbastro, estuvo precedida, como en años anteriores, por una mesa redonda. En esta ocasión, el actual director del IES Hermanos Argensola, Carlos Barrabés; la exdirectora del centro Genoveva Buatas, y el pedagogo y orientador Rafael Loriente, reflexionaron sobre juventud y educación.

Moderados por la directora de El Cruzado, Ruth Zamora, pusieron sobre la mesa los cambios en la forma de educar a lo largo de los años, cómo se afronta la educación en un momento esencial del desarrollo de los menores como es la adolescencia y los retos que se ponen por delante. Nuevas tecnologías, diversidad y bienestar emocional fueron conceptos clave que se desgranaron durante el diálogo.

Almendra amarga y almendra garrapiñada

En la edición de este año de la Almendra de Oro, el semanario barbastrense ha reivindicado una de sus secciones más queridas por los lectores: la Almendrera. Por eso, ha entregado dos almendras simbólicas, recogiendo el espíritu de esta sección. En primer lugar, una almendra amarga, “para el maltrecho mercado de la vivienda”. Un “tirón de orejas” a la difícil situación a la que se enfrentan los ciudadanos a la hora de adquirir una vivienda de una forma más o menos asequible. 

La almendra garrapiñada se la llevó la solidaridad vecinal, “todas aquellas personas que no dudan ni un instante a prestar su ayuda cuando se las necesita, especialmente en momentos de emergencia”. En este caso, y como ejemplo de esta solidaridad, se personalizó en los vecinos de Estadilla, con la actitud y acción encomiable que mostraron tras la fuerte tormenta de granizo del pasado 13 de septiembre. En nombre de todos ellos, recogió una bolsita de almendras garrapiñadas el teniente de alcalde de la villa, Carlos Valbuena. 

Entrega del diploma

El acto entró en su recta final con la entrega del diploma de la Almendra de Oro al IES Hermanos Argensola. Tanto el exsecretario, Jesús Laguarta, como el director del centro, Carlos Barrabés, agradecieron el premio y recordaron que la labor se hace extensiva a todo el claustro de profesores y personal.

Precisamente a todos los presentes relacionados con el centro invitó a levantarse el obispo de Barbastro-Monzón, que cerró el acto. Ángel Pérez Pueyo pidió una ovación para estos profesores, alabando el papel de la educación en la sociedad. “Educar nunca ha sido fácil, pero siempre ha sido imprescindible”, expresó y alabó a unos jóvenes “perfectamente capaces”. “Educar es tener la delicadeza de acompañar sin invadir, de guiar sin imponer, de sembrar sin exigir cosecha inmediata”, añadió.

Pérez Pueyo concluyó: “La educación necesita muchas manos, muchos ojos, muchos corazones: padres, profesores, orientadores, instituciones, parroquias, medios de comunicación… toda la sociedad. Pero, sobre todo, necesita esperanza. Porque cada joven es una promesa; cada aula, un comienzo; cada instituto, una incubadora de humanidad”.

El acto, que ha sido posible gracias a la colaboración de la UNED de Barbastro y el Gobierno de Aragón, concluyó con un vino español, gentileza de Bodega Pirineos.

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