Alto Aragón

Los consultorios de los pueblos: primer dique de contención

El papel que juegan estos centros en el medio rural es fundamental: suman bienestar pero necesitan personal

Esteban Sanmartín consultorio Fonz
Esteban Sanmartín lleva más de 40 años al frente del consultorio de Fonz. Foto: S. Especial
Pablo Alvira Fuertes Alvira Fuertes
09 febrero 2022

Más de 40 años lleva Esteban Sanmartín al frente del consultorio de Fonz, que pertenece al Sector de Barbastro. La dispersión de esta zona es muy alta, el territorio abarca desde cualquier pueblo de los Pirineos hasta el valle del Ebro. En cifras, 15 equipos de atención primaria, 17 puntos de atención continuada que atienden las urgencias, más de 160 consultorios, 114 cupos, y unos 400 trabajadores. 

Sanmartín conoce de sobra las necesidades de la población que atiende y reclama la permanencia “indudable” de estos centros en el medio rural. Sin ellos, el bienestar y calidad de vida de sus vecinos bajaría considerablemente. Para ello, indica, es fundamental más personal y más medios.  Él pasa consulta todos los días desde las 10’30 hasta las 13’30 horas; excepto los martes, miércoles y viernes que comienza su jornada a las 9 de la mañana. Un día a la semana, acude al consultorio de Cofita, localidad que pertenece al Ayuntamiento de Fonz, y también realiza atención en el domicilio.

“Tener este consultorio hace que no se desplacen las cerca de 900 personas que viven en Fonz. Sobre todo, pensando en la predominante población mayor. Si las personas que deben someterse a chequeos continuos, como los que padecen diabetes o hipertensión, tuvieran que desplazarse cada mes o mes y medio, morirían en la carretera. Por ejemplo, es muy difícil que una persona mayor baje cada mes desde Naval a Barbastro, lo haría el primer año, el segundo ya no”, explica el médico. Mantener un consultorio abierto requiere esfuerzo y trabajo, “pero es para la comodidad y cercanía de los vecinos. Ganan en bienestar y calidad de vida”. 

Burocracia y personal

A raíz de la pandemia, el servicio de estos consultorios se vio mermado. Poco a poco van recuperando la normalidad, pero vivieron meses muy complicados. “Hemos tenido un problema gordo de personal. En bolsa no hay médicos ni enfermeros. Si caías por covid, o si te ibas de vacaciones, no tenías quien te sustituyera”, asume. Ana Monclús, directora de Enfermería de Atención Primaria del sector, reconoce que “claramente, hacen falta sanitarios, al menos en nuestro ámbito”. De hecho, el sector sanitario de Barbastro está catalogado como de “difícil cobertura”.

“Respecto a las soluciones, son conocidas: aumentar las plazas en las facultades, evitar que emigren profesionales al extranjero, atraer a profesionales de otros países… En nuestra zona, la mejor solución es que al profesional le resulte atractivo venir al medio rural, tanto por las condiciones laborales como personales. Que dejaran el estrés de las grandes ciudades y se muden a un pueblo a ejercer su profesión sería lo ideal. Muchos de nuestros profesionales se están desplazando diariamente para acudir a su puesto de trabajo”, indica Monclús.  Coincide con ella Sanmartín asegurando que la carga asistencial “ha subido muchísimo”, sobre todo en la última ola. 

Ana-Monclús-
Ana Monclús es directora de Enfermería de Atención Primaria del sector Barbastro. Foto: R.Z.

Por otro lado, también han tenido que lidiar con la burocracia.  Monclús indica: “En el ámbito de la atención primaria, es un problema crónico que no se consigue solucionar. Muchas de las visitas y consultas diarias tienen que ver con actos administrativos, como la gestión de las bajas laborales o la renovación de la receta electrónica. Es un tema en el que hay que trabajar más. Todos los colectivos laborales han desempeñado labores que no les correspondían, lo importante era arrimar el hombro”.

En ese sentido, Sanmartín comenta que “no vemos otra cosa que no sea covid”. “Ahora están apareciendo muchos pacientes con post-covid. Pasaron bien la enfermedad pero vienen con problemas respiratorios, fatiga, malestar, mucha tos. Nos ha obligado a abandonar otra serie de atenciones”, señala. Para evitar aglomeraciones en las salas de espera, lo que han hecho en Fonz ha sido “aumentar las horas de consulta, en detrimento de las reuniones trabajo o revisión de proyectos”. “Estamos trabajando más que en toda nuestra vida y, encima, estamos haciendo menos”, insiste. 

«Todos los ayuntamientos de pueblos pequeños hacen esfuerzos por mantener bien equipados los consultorios. Porque les interesa»

Ana MonclúsDirectora de Enfermería de Atención Primaria

Otro contratiempo ha sido la imposibilidad de acceder a un centro de salud, tanto presencialmente como telefónicamente. “Y con razón, es una de las cosas que más achaca la población. Pero no puedes obligar a personas de más de 70 años que pidan cita a través de Internet”, añade Sanmartín. En su caso, él recogía directamente las llamadas de los pacientes, citaba, resolvía el problema directamente telefónicamente o difería la llamada para otro momento. 

Relación con los pacientes

Tras más de cuatro décadas siendo el médico de Fonz, la relación que tiene Esteban Sanmartín con los foncenses es muy estrecha. “He dejado de atender pacientes para atender amigos”, asegura. Es un trato especial y con mucho cariño. Tienen más tiempo para hablar con los pacientes que en un centro de salud y los médicos forman parte de la comunidad del pueblo, “aunque tiene su parte buena y su parte mala”. Indica el facultativo que uno de los aspectos diarios de la atención primaria en el medio rural es la incertidumbre.

“Cuando vemos un paciente, es él quien nos tiene que contar su vida. Con esa base formada con tan pocos datos nos hacemos una idea de la patología que puede ser. A nuestro alcance tenemos muy pocos medios técnicos. No puedo pedir una analítica sobre la marcha, tengo que pedirla y esperar dos o tres días. Si quiero una radiografía igual, no es como en el hospital que esperas un rato y puedes hacértela. Jugamos con esa incertidumbre que debemos manejarla bien, en los hospitales trabajan con certidumbre”, explica. 

DATO

400

trabajadores tiene el Sector de Salud de Barbastro, que abarca toda la mitad oriental de la provincia de Huesca. Se incluyen todos los profesionales sanitarios: médicos y enfermeras de familia y de atención continuada, pediatras, matronas, auxiliares de enfermería, fisioterapeutas, odontólogos e higienistas dentales, psicólogos y trabajadores sociales y auxiliares administrativos y celadores.

En ese sentido, su experiencia es su principal valedora para conceder diagnósticos. “Conozco a la persona y sé si el dolor es importante o no, y los antecedentes de la familia. Cuando llegué uno que tenía 14 años ya es abuelo. Conocí a su abuelo, a su padre, a él, al nieto y al bisnieto”, añade Sanmartín. Asegura que tras tantos años al frente del consultorio ha comprobado que “muchas veces las enfermedades en las familias se repiten a lo largo de los años en sus descendientes”. 

Por último, Sanmartín augura un futuro esperanzador para estos consultorios porque son “imprescindibles”. “Tienen que mantenerse abiertos siempre que se pueda hacer una buena distribución por ratios de personal. Los avances técnicos nos han mejorado mucho la vida pero lo que hay que hacer es seguir manteniendo el personal. Intentar que la gente se quede y pensar que, en el medio rural, la relación con los pacientes es mucho mejor que la que puede tener a nivel de ciudad un médico”, concluye. 

«He dejado de atender pacientes para atender amigos. Es un trato muy especial y con mucho cariño»

Esteban Sanmartín Médico del consultorio de Fonz

Y es que la atención primaria es el pilar fundamental del sistema sanitario. El primer dique de contención. “Hemos asistido y estamos asistiendo a una cosa que nunca nos habían preparado. La atención primaria lo está dando todo, ya no queda más por dar. Estamos al 300%. Podemos estar muy orgullosos de los profesionales de la atención primaria porque es la puerta de entrada. Es de agradecer pero no somos héroes”, señala Monclús.

La directora valora positivamente la colaboración con las fuerzas y los cuerpos de seguridad para controlar aglomeraciones. Y en los pueblos pequeños, el Ayuntamiento ha sido el principal valedor de estos centros. “Todas las alcaldías de los municipios con menos habitantes hacen esfuerzos elevados por actualizar y mantener bien equipados los consultorios. Todos tienen claro que mantener las consultas abiertas en los pueblos es fundamental para la actividad de la propia localidad. Ahora se habla mucho de la España vaciada. Y tienen tazón, perder la consulta médica en un pueblo es el paso previo a que se vacíe”, concluye. 

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