Alquézar y Aínsa, con su título de ‘Pueblo más bonito de España’, son dos destinos imprescindibles para quienes viajan a la provincia de Huesca. De este modo, las cifras facilitadas (teniendo en cuenta que remarcan que el balance se hará a final del verano) no marcan malas cifras.
Así, en Aínsa, recalcan que la ocupación está siendo muy alta, rozando el cien por cien. Durante el mes de julio, según datos de su oficina de turismo municipal, han pasado por esta villa medieval más de 17.000 personas. Las consultas más frecuentes se refieren al castillo, seguidas de cuestiones en torno al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Por otra parte, en Alquézar, su alcalde, Mariano Altemir destaca que este año se ha notado un incremento de turismo internacional, frente a los dos años anteriores, marcados por las restricciones pandémicas y que trajeron a esta villa del Somontano a más nacionales. Para Altemir, uno de los mejores indicadores de Alquézar como destino es el número de usuarios de las pasarelas sobre el río Vero.
Y desgrana: en julio de 2019 fueron 13.045; en julio de 2020, 14.211; en julio de 2021, 19.001 y en julio de 2022, 15.877. En los 18 primeros días de agosto, han realizado este recorrido senderístico junto al río 18.318 personas.
De las cifras anteriores se desprende el descenso de visitas, en más de 3.000, del año 2021 a 2022. Altemir destaca que se ha debido a la ola de calor. La realización de actividades al aire libre se ha visto amenazada por los calores que han azotado todo el país, sobre todo a finales del mes de junio y en julio. El alcalde resalta, en este sentido, que los barrancos no han sufrido, pero las salidas al monte, sí.
Consecuencias del calor
Este extremo también está siendo analizado por los gerentes de los parques naturales y nacionales de la provincia. Desde el Gobierno de Aragón, quien recoge los datos de visitas, no han querido facilitar cifras hasta que no termine la temporada estival. Sin embargo, este medio ha sabido que el número de visitas ha disminuido considerablemente este verano.
De vuelta a Alquézar, Mariano Altemir habla de una altísima ocupación hotelera, como en Aínsa. Sin embargo, ese calor ha afectado más a los restaurantes. Y es que ha sido difícil que con las altas temperaturas del mediodía, los turistas eligieran comer bajo un toldo en una terraza.
