Editorial
El Cruzado
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Libertad, de día y de noche

El Cruzado
30 diciembre 2022

La capilla del Hospital de Barbastro permanece abierta día y noche. Así lo quieren los capellanes de este centro sanitario, sabedores de que el desaliento y la zozobra no atienden a horarios. La saben bien porque llevan décadas acompañando a enfermos y familiares, a personal sanitario incluso, escuchando, ofreciendo una palabra serena de consuelo y auxilio espiritual a quien lo precisa.

En pandemia, y cuando fue sanitariamente posible, siguieron al pie del cañón y se hicieron presentes aunque fuese tras el cristal de la UCI o virtualmente. Cada día visitan a los enfermos, remedian soledades y celebran la eucaristía en esa capilla que, de manera involuntaria, se ha convertido en el tema informativo de la semana, alcanzando eco internacional.

La profanación de su sagrario, ocurrida esta Navidad, ha provocado “la tristeza, consternación y condena” del Obispado de Barbastro-Monzón y, sobre todo, una repulsa social prácticamente unánime a este tipo de comportamientos que atentan contra la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades amparada por nuestra Constitución.

No ha sido solo desgraciado un acto vandálico sino, y sobre todo, un sacrilegio, un ultraje a las sagradas formas, presencia de Dios mismo para los cristianos, a los que se ofende con esta tosca irreverencia.

En tiempos tan necesitados de mutuo entendimiento y respeto, en tiempos en los que se habla mucho y se practica poco la tolerancia, la profanación de la capilla del hospital constituye un hecho deleznable. Y, al mismo tiempo, una alarma para seguir garantizando de forma activa la defensa de las libertades individuales, base de nuestros derechos y obligaciones.

Que nadie las menosprecie ni las amenace. Y que la capilla del Hospital de Barbastro siga abierta, día y noche, como oasis de paz para quien lo necesite.

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