Barbastro

Alfonso Méndiz: «Las series nos hacen creer que estamos viendo la realidad»

De ascendencia barbastrense, Méndiz es catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad, experto en Publicidad y valores. Este jueves 17 hablará de los valores que transmiten las series a los jóvenes en Barbastro

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Alfonzo Méndiz ofrece su conferencia este jueves en el Centro de Congresos. Foto: S.E.
Ruth Zamora Zamora
16 noviembre 2022

Alfonso Méndiz posee arraigadas raíces en Barbastro (su madre nació aquí y sus tíos siguen viviendo aquí). Por eso no pudo negarse cuando le invitaron a su tierra a dar una conferencia sobre la influencia de las series en los valores de los jóvenes (este jueves 17, Centro de Congresos, 19 horas).

¿Por qué debemos acudir a la conferencia?

Porque es importante que tanto los jóvenes y adolescentes como los padres sean conscientes de por qué se produce esa influencia, muchas veces no percibida, que me hace ver la realidad de otra manera.

En el ámbito español, la serie El tiempo entre costuras hizo que, de repente, muchas mujeres volvieran a coser. Una novela de María Dueñas que Antena 3 llevó a serie, con más de 5 millones de espectadores cada capítulo. Hay tantas secuencias cosiendo, que suscitó el deseo de volver a coser. Se compraron muchísimas máquinas de coser y Amazon dio a conocer las horas de los pedidos; coincidían con las de visionado de la serie. Fue una serie que cambió en algo quizás muy cotidiano el comportamiento de las personas adultas.

Lo primero de todo, pues, es ser conscientes de que lo que estamos viendo influye muy poderosamente en nuestras decisiones.

Sí, sí, sí. Esto pasa, en primer lugar, por cómo procesamos las series en nuestro cerebro. Las vemos con una cierta fascinación, que nos hace creer que estamos viendo la realidad. El cine y las series tienen una capacidad sugestiva mayor que otros medios de comunicación como la literatura o la radio. Es una representación muy viva y dramática. Ya los clásicos hablaban de la catarsis: la representación puede conmover los sentimientos.

Como anécdota: a la salida de una conferencia, un padre me explicó que su hija de 13 años había comenzado a salir con un chico de 16 y que quiso decirle que el noviazgo es una cosa importante. No le dejó seguir. La chica le replicó: “Papá, qué me cuentas si yo ya lo he visto, lo he vivido”. El padre me decía que lo ha visto en las series y tiene la sensación de que lo ha vivido. Esto se conoce como manipulación de la experiencia.

Una oferta infinita de series

Esta situación se daría antes con la televisión, ¿la diferencia ahora es una oferta infinita?

Sí, efectivamente ahora la posibilidad de consumir series se ha disparado y de hecho, tenemos el bingewatching, el atracón de series, que se está popularizando. Un estudio reciente entre jóvenes universitarios de Estados Unidos dice que más del 80 por ciento afirma que, con cierta frecuencia, tenía una sesión. Esto, de alguna manera, ya pasaba antes, cuando uno compraba el DVD de la serie y veía varios capítulos en un fin de semana. Pero ahora, con móviles y tablets, es un fenómeno mucho más importante de lo que fue en su momento. Y también porque, entre los adolescentes, hay una gran presión social por saber cómo acaba la serie The Stranger Things; o entre los adultos, por The Crown

Esos atracones son cada vez más frecuentes y la gente no se da cuenta de que es como una adicción. Hay dos síntomas muy claros, los mismos que para cualquier droga. Uno es que cada vez necesito más, ya no puedo pasar una noche sin ver uno, dos o tres capítulos; y dos, que ante la retirada, el se acabó, surge la rabia, la agresividad. Está pasando y tiene efectos negativos en el rendimiento académico, cambios de carácter y en el sueño.

Cómo podemos los familiares controlar estas situaciones.

En primer lugar, el ejemplo de los propios padres; que los hijos vean que cuando llegan de trabajar se vuelcan en la familia, que no se enganchan a la tele, que no tienen esa dependencia a las series y llegan a casa a cenar para ver rápidamente un par de capítulos. Si esto es así, es muy difícil, lógicamente que los hijos no lo sean también. Y, además, aunque el padre diga algo, no tiene autoridad porque ha quedado desacreditado.

Junto con eso, hay que crear vínculos familiares. La adicción de las series, más que ser algo de adolescentes, de niños, es un problema de carencias emocionales. Tener reuniones, costumbres familiares, una salida juntos, momentos de encuentro hacen que la vida de los menores no sea tan aislada y que no necesiten refugiarse. Muchas veces, esa adicción, dicen los psicólogos es fruto de esa carencia emocional y es un refugio ante la falta de ambiente familiar.

Con tanta plataforma, hay una sobresatauración, pero habrá series con mejores y peores valores…

Sí, un informe del pasado abril decía que en nuestro país hay una treintena de plataformas de contenidos digitales. El 64 por ciento de los hogares tienes acceso al menos a una de ellas. Y hay cuatro (Netflix, Amazon Prime Video, Disney Plus y HBO Max) que acaparan el 75 por ciento del consumo. Así que cuesta mucho seleccionar. En internet hay varias plataformas que procuran dar información sobre los contenidos y están pensadas para las familias. Tres ejemplos son ICMedia, Contraste y Decine21. Son las más vinculadas para orientar a los padres y tener una referencia siempre ayuda.

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