Ribagorza

Las Fallas vuelven a arder en el Pirineo

Entre el 23 de junio y el 9 de julio, varias localidades de la Ribagorza y el Sobrarbe celebran esta tradición milnearia iluminando el monte con antorchas

Fallas SAHUN
Volteo de las antorchas en Sahún. Foto: S.E.
Pablo Alvira Fuertes Alvira Fuertes
23 junio 2022

Varios municipios de la Ribagorza y el sobrarbense San Juan de Plan celebran desde este jueves 23 de junio hasta el 9 de julio las fallas, fiesta considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Las variaciones de la fiesta comienzan por su demoninación. La quema o cremá de las fallas o del haro, la bajada o baixada, shasclar, quilha o biga son los términos habituales en las localidades de las Fallas del Pirineo. Los elementos comunes son la falla, una antorcha, y el faro, una luz visible desde lejos. Con estos patrones como protagonistas, en algunos lugares se desciende por el monte y en otros se opta por hacer volar el fuego mediante bailes y danzas tradicionales que celebran el solsticio de verano.

Una tradición y seña de identidad de varios pueblos del Pirineo que se ha visto interrumpida por la pandemia. Las fechas en la que los ‘faros’ bajarán por el monte serán en Suils, Villarrué, Montanuy y Sahún la noche del 23; en Bonansa la del 25; la noche del 1 de julio en Castanesa; en Noales la del 2; y el día 9 en Aneto concluirá el ciclo fallero ribagorzano. Por su parte, San Juan de Plan, la única localidad del Sobrarbe que lo celebra será la noche del 23 de julio.

Fallas bonansa
Hoguera en Bonansa. Foto: S.E.

Sin embargo, Laspaúles ha decidido cancelar el descenso del fuego por el riesgo de incendios. «Ante la sequedad del monte y el riesgo de incendios, el Ayuntamiento de Laspaúles informa de la suspensión de los faros de San Juan, la bajada de antorchas y toda actividad de fuego fuera del casco urbano”, indicaba el Ayuntamiento. No obstante, se mantiene el programa de estas fallas con el taller de esculturas para los más pequeños; el encendido de un faro alternativo en la plaza del pueblo; y el reparto de torta y vino.

Ribagorza: tradición milenaria

Las fallas que se celebran en cada pueblo son muy similares aunque cada una presenta particularidades propias. Se tratan de fiestas ancestrales y milenarias, que fueron condenadas por paganas, y ahora se encuentran protegidas por la Unesco. El nombre de ‘falla’ alude a las antorchas y al fuego que se realiza en la noche más corta del año.

Con el fuego como elemento primordial, todas las localidades tienen singularidades. En Sahún, la más llamativa, el extremo de las teas de madera está recubierto de corteza de abedul. Originalmente, bajaba portada por los mozos de los pueblos desde los montes y bosques cercanos. Por ello, es una de las poblaciones donde las fallas han tenido siempre una mayor respuesta popular.  Parece ser que la tradición de ‘Les falles de Saúnc’ se ha mantenido a lo largo de los siglos, con el volteo de las bolas de fuego como elemento más vistoso. 

Fallas bonansa
Fallas de Bonansa. Foto: S.E.

Montanuy, Castanesa, Aneto y Bonansa siguen la tradición y guion parecido con la instalación de los faros descendiendo creando un mágico camino de fuego. En ese recorrido hacen girar las fallas sobre sus cabezas. Un vez en el pueblo, pasean por las calles hasta llegar a la plaza donde se enciende una gran hoguera.

Laspaúles, Villarrué y Suils comparten también estructura de sus fiesta de fallas. Son las tres localidades del municipio de Laspaúles que mantienen la tradición la noche del 23 de junio. Desde la hoguera encendida en lo alto del monte, el camino de tierra guía la serpiente de fuego en la que participan, principalmente, abuelos y nietos. Cada uno es responsable de preparar su propia falla, principalmente con unas hierbas secas que prenden en la hoguera principal y se traslada hasta la plaza del pueblo. Algunos piden deseos y todos celebran la fiesta con una cena popular.

Sobrarbe: fuego y ‘Corrida de la Falleta’

En Sobrarbe, los vecinos de San Juan de Plan son los únicos que mantienen la tradición con la llamada ‘La Corrida de la Falleta’. El 23 de junio, al atardecer, se desplazan a la llamada ‘Planeta de la Falla’, donde comparten cena hasta que anochece. Entonces es el momento de encender teas y antorchas para comenzar el descenso hasta el pueblo.

A la altura del río, una breve parada antes de comenzar la carrera de los más jóvenes hasta el pueblo, que deben conseguir llegar a la plaza con su falla encendida. Ahí, todos amontonan sus teas en la hoguera que servirá de centro de la fiesta de la noche de San Juan e inicio de un día, el 24, dedicado al ‘Día de la Cultura Chistabina’.

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