Cuando la Unión Europea apostó por el medio rural, no lo hizo solo a través de las ayudas de su Política Agraria Común. También optó por diversificar y dotar a las comarcas que viven del sector primario de servicios complementarios. Para ello, constituyó unos fondos que debían invertirse en lo que cada territorio considerase prioritario. Habían nacido los fondos Leader y los Grupos de Acción Local (GAL).
De aquello han pasado 28 años. Casi tres décadas en las que, en el caso del Somontano, su Centro de Desarrollo se constituyó para decidir a dónde se dirigirían esos fondos públicos. Uno de los 20 GAL que existen en Aragón y del que forman parte instituciones, asociaciones empresariales, organizaciones agrarias, asociaciones de consumidores… “Los grupos más representativos que puedan tener una visión comarcal”, detalla Paloma Fábregas, gerente del CEDER Somontano, sobre la composición.
José Ignacio Duerto Mur, Pistachos del Norte
José Ignacio Duerto, de 32 años y natural de Laluenga, comenzó hace menos de un año un nuevo proyecto en su pueblo natal: Pistachos del Norte. “El secadero nace de la necesidad de procesar las producciones de este fruto seco en la provincia de Huesca y limítrofes. El pistacho, una vez recolectado, se debe procesar (pelar y secar) en 24-48 horas, porque si no, fermenta”, explica Duerto.
Este joven ingeniero utilizó las ayudas del CEDER para la maquinaria de la empresa y confiesa que “si no me las hubieran concedido, igual me hubiera planteado comenzar el proyecto en uno o dos años, pero la ayuda supuso ese impulso para arrancar antes”.
Confiesa que los comienzos han sido duros, pero que se muestra contento “porque hemos podido dar un procesado óptimo a nuestras producciones y a las de terceros y eso nos permite ser más competitivos a la hora de vender el producto”.
Aunque la cosecha “ha ido bien”, admite que “las producciones son bajas porque las fincas están en fase de crecimiento. Hablamos de un cultivo nuevo y alternativo en la provincia de Huesca más resistente al frío y a las sequías, más sostenible y más rentable que los cultivos que a día de hoy se trabajan en la zona”.
Además de la temporada de la cosecha, durante el año se dedican a otras actividades. “Una vez se ha pelado y secado la cosecha, la almacenamos y durante el invierno y primavera la procesamos, es decir, dejamos el producto bonito. Quitamos los abiertos de los cerrados, los separamos por tamaños, los embolsamos, algunos los tostamos y otros los salamos para su posterior venta. Vendemos tanto al por mayor como al detalle”, explica,
Gracias a Pistachos del Norte, Duerto ha conseguido emplear a otro joven de Laluenga. “De momento solo somos dos, pero la idea es crecer y llegar a tener más plantilla, producción, hectáreas, kilos, etc. Esto es solo el comienzo”, concluye.