La Pasión de Monzón se abrió el viernes 18 de marzo y, desde entonces, sigue acogiendo a numerosas personas que se acercan a disfrutar con la Semana Santa en miniatura. En 2022 se cumple la quinta edición, aunque es el segundo año en el formato de Museo.
Este curioso montaje se compone de alrededor de 6.000 figuras hechas a escala y recrea diversas escenas bíblicas de la Pasión de Cristo, así como los pasos y cofradías de la Semana Santa de Monzón. Todo está hecho al detalle. Además, este año se han incorporado nuevos elementos para dar aún más realismo al conjunto.
La Pasión se asienta sobre la propia plataforma del Belén de Monzón. Desde el año pasado, cuando se retomó el proyecto, se hace en el Museo Belenista. De esta manera, “no nos cargamos de mucho trabajo y no nos vemos en la obligación de desmontar todas las escenas navideñas del Belén. Nos permite un margen de maniobra”, explica Carlos Loncán, presidente de la Asociación Belenista Isaac Lumbierres.
Las figuras son las mismas con respecto al año anterior. Las novedades aparecen, por ejemplo, en la procesión del Santo Entierro, donde se ha terminado de cubrir el espacio con fachadas propias de Monzón. Para este 2022 se han añadido dos exposiciones fotográficas. Por un lado, una de la Semana Santa tradicional de Sicilia. Por otro, la exposición de algunos trabajos del concurso fotográfico organizado por la Junta Coordinadora de Cofradías de Monzón que este año cumplía su quinta edición.
Aunque el año pasado no tuvo programación de Semana Santa, la Pasión sí que se pudo mostrar a pequeña escala. “De hecho, fue el primer proyecto que retomamos porque, ya que no hubo procesiones reales, digamos, en la calle, quisimos que se pudiera visitar la de Monzón en miniatura”, recuerda Loncán.
En el recinto del Belén de Monzón se pueden apreciar las escenas de la Pasión de Cristo. También aparecen también escenas previas, desde el Bautismo por Juan el Bautista hasta la entrada en Jerusalén. Es “muy único”, añade, porque “hay piezas que son del belenista José Luis Mayo, que sí que se pueden comprar en catálogo, pero hay muchas que son de Javier Guilloto. Él trabaja exclusivamente a palillo, no hace molde, y todo lo que tenemos de él es único en el mundo y solo está aquí”.
La Última cena, Jesús orando en el huerto de los olivos, el prendimiento de Jesús, el camino al calvario y el encuentro de Cristo con las Marías, la crucifixión, el Santo Sepulcro y la Resurrección. Son algunas de las tantas escenas que se representan. Hay gente, asegura Loncán, «que se va de ver la exposición con los pelos de punta, de lo fielmente que está recreado todo».
En cuanto a la procesión de Monzón, «también es muy fiel porque nosotros hemos recreado las fachadas de las casas y están todos los pasos exactamente igual que en la realidad: los cofrades, las bandas, el público. Es casi como verla en persona, pero en miniatura». La iluminación y los efectos sonoros le dan ese toque de realismo absoluto: «Cada cofrade lleva su vela, con su bombilla, las calles tienen sus farolas, las casas… Es bastante curioso. A nivel sonido, tenemos altavoces debajo de cada banda de tambores para que suene como si estuviéramos viendo la procesión».
La Pasión lleva tres fines de semana abierta al público y han recibido más de 200 personas. Comparado con las del Belén, concluye, es «muy poco, pero son tiempos diferentes y no es la misma actitud». El año pasado, en Semana Santa, se pasaron 1.000 visitantes y, en 2022, «esperamos superarla».
