Cuando, junto a la calidad de sus firmas e informaciones, logra convertirse en un ritual, en una costumbre que se transmite de generación en generación, El Cruzado Aragonés es, sin duda, una cabecera emblemática. Desde su fundación en 1903 ha ido adaptándose a los tiempos, pero su misión ha permanecido invariable como medio “al servicio de las gentes del Alto Aragón; difundiendo la noticia, compartiendo juicios de valor y buscando soluciones a las necesidades; inspirándose siempre en los principios que dimanan de la fe cristiana”.
El camino no ha estado exento de obstáculos. Sin embargo, con el apoyo de suscriptores, lectores y anunciantes El Cruzado Aragonés -uno de los medios decanos de la prensa aragonesa- ha conseguido superar los avatares de la historia con un liderazgo que le ha llevado a asumir reivindicaciones de gran trascendencia para el Alto Aragón, como el desarrollo de las comunicaciones por carretera o el impulso de los riegos en la región. Y lo ha hecho, como recogen sus estatutos, con “libertad e independencia, ejercitando los principios de igualdad y pluralismo que corresponden a la búsqueda de la objetividad informativa puesta al servicio de los lectores”.
Ese afán de servicio es precisamente lo que llevó al medio, a comienzos de 2020, a afrontar un ejercicio de reflexión y análisis estratégico para delinear El Cruzado Aragonés del siglo XXI. Ello condujo, entre otras cosas, a someterse al criterio de la audiencia y de los anunciantes, con una consulta abierta que puso de relieve el buen posicionamiento y la reputación del medio, pero que también expuso la necesidad de adaptarse al ecosistema informativo actual, con una presencia firme y decidida en las “calles digitales”.
El Cruzado Aragonés podría haber seguir funcionando sin introducir grandes cambios, dada la situación actual de la industria mediática, que no ha encontrado un claro modelo de negocio y que navega con más incertidumbre que certezas. En cambio, aun teniendo garantizado el futuro más próximo, el Patronato decidió acometer una operación de calado en busca de nuevo valor añadido, combinando lo mejor de su tradición con los recursos comunicativos más vanguardistas.