El discurso histórico de los acontecimientos que hace 700 años desembocaron en el nacimiento del segundo periodo del Condado de Ribagorza congregó en Benabarre a un nutrido grupo de curiosos ribagorzanos en la charla impartida por el medievalista Guillermo Tomás Faci. La Comarca de La Ribagorza quiso que este evento coincidiera con el aniversario del nombramiento del Infante Pedro como Conde de Ribagorza que abrió una época de casi tres siglos de evolución en la identidad de Ribagorza.
Un nuevo lleno se registró en el tercer capítulo de las conferencias ‘Ribagorza, huellas en la piedra’. Con estas, la Comarca de La Ribagorza ha querido acercar a los ciudadanos distintas visiones de aspectos culturales, históricos y naturales desde la voz de expertos en cada materia. En esta ocasión, el relato sobre el II Condado de Ribagorza donde se pudo conocer las causas de este nombramiento dentro de la Corona de Aragón. Además de las características sociales y políticas que lo rodearon desde la consagración ocurrida en la catedral de Lérida.
Esplendor de Benabarre
Abrió el acto el alcalde de Benabarre, Alfredo Sancho, agradeciendo a la Comarca de La Ribagorza la organización de este evento. “Enmarcado en el recuerdo al 700 aniversario de la creación de un condado crucial para el crecimiento de nuestra localidad”, señaló.
Por su parte, el presidente de Comarca de La Ribagorza, Marcel Iglesias enfatizó el agradecimiento de la institución a la “satisfactoria respuesta” que está teniendo este ciclo. En referencia a la charla, el presidente comarcal apuntó el valor del momento histórico. «Como todos con sus puntos positivos y negativos supuso el esplendor de Benabarre con la construcción de múltiples monumentos. Como el castillo o el Hospital de Santa Elena donde nos encontramos”, indicó.
El medievalista Guillermo Tomás Faci alargó su exposición durante una hora advirtiendo al empezar su parlamento que “no era una epopeya sino más bien una tragedia colectiva” para los ribagorzanos. En primer lugar, expuso los motivos que llevaron a la proclamación del infante Pedro de Aragón y Anjou. Fue “personaje clave en la historia de la Corona de Aragón”, como nuevo conde de Ribagorza. Se trataba de un territorio basto, con una administración autónoma y bien organizada y ampliamente poblado para poder ser desgajado para cederlo al infante real. “Lo que se crea en 1322 es algo absolutamente nuevo sin referencia al condado anterior”, recalcó Tomás Faci.
Identidad ribagorzana
El catedrático en Historia y Doctor en Historia Medieval, autor de varias publicaciones centradas en el periplo medieval de Ribagorza, destacó el malestar. «Este nombramiento no fue bien aceptado por los concejos y la nobleza ribagorzana, mostrándose algunos de ellos en rebeldía», indicó. Apuntó la “ausencia casi completa” de Pedro, que durante los 36 años de su gobierno únicamente estuvo un año y medio en Ribagorza.
Coincide con el nacimiento de sus dos herederos, unificando el gobierno en la figura de Procurador General del condado de Ribagorza, Galacián de Tarba. “Hasta 1345 cuando, tras un intenso viaje de dos meses del conde, decide destituirlo y recuperar las figuras históricas otorgando estos a ribagorzanos”, añadió.
Para finalizar, Guillermo Tomás señaló que a raíz del nombramiento condal se fortaleció “la identidad política de Ribagorza”. Al unificar el pacto social de los ribagorzanos contra la figura del conde. «Un personaje que terminó su vida como monje, cediendo el condado antes de su muerte”, señaló.
El ciclo ‘Ribagorza, huellas en la piedra’ continuará con su cierre en su primera edición con una cita con el estudio paleontológico-. El próximo 7 de julio el catedrático José Ignacio Canudo interpretará los hallazgos encontrados en Ribagorza que sitúan la presencia de dinosaurios en este territorio y cuya investigación ha ayudado a comprender mejor su hábitat y las causas de su desaparición.
