Aínsa celebró el pasado sábado 14 el Punchacubas 2025, que gozó de un ambiente festivo acompañado por las agradables temperaturas. En esta edición de la feria del vino artesano, Joaquín Buetas Buetas, de Casa Arnal, se ha llevado el Jarro de Honor, una distinción que se otorga a un vinatero de larga trayectoria. Casa Arnal todavía conserva importantes bodegas con toneles de gran capacidad para conservar el vino.
Por otro lado, los premiados del concurso de este año han sido Juan Soro de Coscojuela (garrafa 12) con 62 votos, Ramón Campo (garrafa 13) con 51 votos y Vicente Bellosta (garrafa 5) con 44 votos, ambos de Camporrotuno. Sus producciones, realizadas únicamente para consumo propio, han salido nuevamente a la calle como se hacía antaño, compartiendo con la vecindad la producción de la temporada.
A las 17 horas, el encendido de la hoguera daba comienzo a la cita, mientras que el inicio de la cata se ha producido a partir de las 18’30 horas. Una veintena de vinateros han participado en esta ocasión, entregando para su degustación producciones llegadas desde Camporrotuno, Coscojuela de Sobrarbe, Banastón, Araguás, Aínsa y Abizanda, además de un vino de Burdeos que lleva varias ediciones formando parte de la fiesta. Los premiados se han conocido pasadas las 22 horas, tras recibir los votos de los asistentes.

Sobre el Punchacubas de 2025
«Un año más el Punchacubas ha vuelto a unirnos en un ambiente de convivencia excepcional desde primeras horas de la tarde. Este año, incluso, hemos batido récord de voluntarios, alrededor de veinte, que desde las tres de la tarde han acudido al ayuntamiento a preparar el guiso de ternera pirenaica que hemos repartido para la cena, así como para ayudar en otras tareas como el montaje de las mesas, la distribución de copas o la venta de tickets», explica Susana Pérez, concejala y coordinadora de la feria. También existía la posibilidad de acompañar el vino de carne a la brasa de la carnicería local Badías.
Entre el público se encontraban visitantes de Brasil y Canadá, que han venido, tal y como contaba el alcalde Enrique Pueyo, «a conocer una festividad singular que es la antesala de nuestra programación navideña y de las hogueras de invierno. El fuego es un símbolo de identidad del Pirineo y siempre llama la atención de quien acude a vernos por primera vez». Por otro lado, y como ya es habitual desde hace algunas ediciones, además de fuego, vino y comida, también se ha disfrutado de la música en directo de los chistabinos Es Mosicos d’el País.
Vino de Coscojuela de Sobrarbe, un regalo de excepción
El Punchacubas es la ocasión perfecta para conocer novedades locales con respecto al vino. La sorpresa este año ha venido de la mano de la vecina localidad de Coscojuela de Sobrarbe, perteneciente al municipio de Aínsa, donde se encuentra una nueva bodega que regenta Jorge Olivera. Precisamente los premiados se han llevado, junto al jarro de barro habitual, una botella de esta bodega semisubterránea que produce vino en ecológico.
«Es un honor poder hablar de futuro en un sector prácticamente desaparecido en Sobrarbe, a pesar de haber sido un territorio rico en viñedos. Casa Moliniás y la explotación de Coscojuela nos hacen pensar que hay motivos por los que apostar por la viticultura aquí, y esperamos que sean ejemplo para otros emprendedores», añadía Pérez.







