Editorial
El Cruzado
Editorial

Interés informativo

El Cruzado
22 agosto 2025

Una de las características de la individualidad pasa por que cada uno valora sus intereses, que pueden diferir por completo por la persona que se encuentra a nuestro lado. Luego se encuentra el interés general. Aquello que, independiente del individuo, se valorará por encima de todos ellos. Entrarían aquí la asistencia sanitaria o el transporte público, por poner tan solo un par de ejemplos.

El derecho a la información, tradicionalmente, también se ha considerado como servicio público. Los medios tenemos la obligación de trasladar noticias, con responsabilidad y respeto a los implicados, pero con la vista fija en un interés superior al particular.

En los últimos tiempos, azuzados por la “libertad de expresión” que ofrecen las redes sociales, muchos avanzan “noticias”. Y lo hacen, en numerosas ocasiones, acusando a los medios tradicionales de “apesebramiento” y de “ocultar información de interés”. Esas “noticias”, la mayor parte de las veces, se basan en comentarios escuchados en la calle. Pero que se saltan una de las normas básicas del periodismo: contrastar.

Por muy denostadas que se encuentren las fuentes oficiales, son las que permiten al informador ofrecer datos precisos. Sobre todo, en temas delicados, como el brote de salmonelosis que ha afectado a Barbastro y su entorno este mes de agosto. Las redes sociales sentenciaron a un establecimiento mucho antes de conocer qué había pasado exactamente. Y los medios de comunicación recibimos críticas por todos lados. Los comentarios acusaban, por un lado, de “ocultar información” y, por otro, de precipitarnos si nos adelantábamos a algunas informaciones oficiales.

Sin duda, este suceso debería servir para reflexionar sobre el consabido derecho a la información y la libertad de expresión. Disponer de acceso a las redes sociales, con cuentas con muchos seguidores, no implica tener el derecho a publicar cualquier comentario escuchado en la calle. Sin contrastar, con juicios paralelos, contribuyendo a la desinformación cuando su intención, se supone, es la contraria.

Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter

Más en Editorial