Ahora y siempre
Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
Ahora y siempre

Hoy quiero darte las gracias

Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
13 noviembre 2022

Gracias por tanto. Hoy hago mío el lema de este Día de la Iglesia Diocesana para expresar mi gratitud por tu oración, tu tiempo, tus cualidades y tu apoyo económico, pilares de nuestra labor pastoral en esta parte oriental del Alto Aragón. Siento que el Señor sigue bendiciéndonos copiosamente y más cuando, además de celebrar que formamos parte de una gran familia, abrimos el proceso diocesano de beatificación de 250 nuevos mártires de esta diócesis.

Damos gracias a Dios por esta diócesis de las tres emes, misionera, mariana y martirial, al tiempo que tomamos conciencia de que esa misma gratitud es la que nos insta a ponernos las pilas, ofreciéndole lo mejor de nosotros mismos para ir todos a una, de manera coordinada y con un mismo objetivo: que nadie se pierda.

Eso es lo que intentan hacer, cada día, los hombres y mujeres de esta Iglesia diocesana, llegando a todos los rincones de cada una de las 254 parroquias hoy agrupadas en ocho unidades pastorales y cuatro arciprestazgos, con la labor entregada y conjunta de nuestros sacerdotes, consagrados y laicos comprometidos.

Y ese «para que nadie se pierda» lo materializamos en la acción celebrativa, pastoral, evangelizadora, educativa, caritativa y asistencial que presentamos, de forma especial, en esta jornada. Con pequeñas o grandes acciones, desde la fe y el compromiso individual, seguimos caminando juntos en el camino sinodal que llevamos ya unos años andando. En ese camino tenemos muy presente que para el sostenimiento de la Iglesia diocesana es igual de importante la ayuda monetaria, en tiempo, oración o habilidades, de cada feligrés, como su buena administración y gestión.

Así que un año más, y de forma totalmente trasparente, os presentamos a qué y cómo van destinados los recursos que nos habéis ofrecido y que estamos tratando de optimizar humana y profesionalmente lo mejor que sabemos, podemos o nos dejan. Porque queremos, como ya os he compartido en otras ocasiones, ir avanzando hacia la autofinanciación de una iglesia sostenida libremente por sus fieles. No solo en lo económico, que a veces es, incluso, lo más sencillo, sino y sobre todo en lo que se refiere a la entrega personal y a la corresponsabilidad, como una forma de vida.

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