Barbastro

Mikel Alvira: «Hay que saber afrontar los dramas y poner una pizca de humor»

El escritor Mikel Alvira eligió Barbastro para presentar su nueva novela, ‘Mostaza’. Fue en un acto el pasado sábado el Espacio del Vino y estuvo acompañado por la barbastrense Rita Piedrafita

Mostaza
Mikel Alvira, autor de la novela 'Mostaza', que presentó en Barbastro el pasado sábado. Foto: S.E.
Ruth Zamora Zamora
15 junio 2022

El escritor Mikel Alvira (Pamplona, 1969) estuvo el pasado sábado por la mañana en la Feria del Libro de Zaragoza. De ahí, vino hasta Barbastro, que acogió la primera presentación pública de su nueva novela, ‘Mostaza’.

¿Qué sugiere el título y ese color en portada?

Mostaza es un color, un sabor, un aroma… y una actitud, la de Valerio, el protagonista que, de alguna manera, va a lograr empatizar con quien lea esta novela. ‘Mostaza’ es la metáfora del momento en que tenemos que tomar decisiones; cuando hay mucho de nuestra felicidad y serenidad. Así que ‘Mostaza’ es esa gran metáfora sobre cómo nos situamos ante la vida. Pero no es una novela de autoayuda ni especialmente introspectiva. Es amable y muy accesible, que plantea esos grandes fantasmas color mostaza que tenemos en la vida.

Es un libro en el que está presente el humor, ¿qué le aporta?

Yo tengo esa vis muy gamberra. Valerio, que es un hombre atormentado, con algunas obsesiones, está viviendo una serie de dramas personales. El humor hace que algunos párrafos que por contenido son dramáticos, en la forma son delirantes. Y creo que refleja mucho lo que es la vida. Hay que saber ser capaz de afrontar los dramas y de poner una pizca de humor.

Tiene varios libros publicados, novela, poesía… Pero por primera vez, publica con una editorial aragonesa, Rasmia.

Soy de Pamplona, vivo en Bilbao. He publicado con editoriales vascas, pero también con editoriales de otros lugares. De hecho, ‘La novela de Rebeca’ es con Ediciones B, de Random House. Pero ‘Mostaza’ tenía que ser acompañada por una editorial independiente, que mime sus publicaciones como, de hecho, hace Rasmia. Y tengo mucha relación con Aragón; he pasado niñez y juventud en el Pirineo de Huesca, veranos como monitor en Zaragoza, donde tengo muchas amistades. Aragón no es una tierra lejana, es donde me he criado. Publicar con una editorial aragonesa era algo muy natural, es seguir en casa.

Y, además, ha elegido Barbastro para hacer la primera presentación pública.

Es un lugar que adoro, donde tengo amigos; y soy fanático de los vinos del Somontano. Presentar aquí se lo debía, primero, a la novela. ‘Mostaza’ bebe mucho de Barbastro. Y Rita Piedrafita, con quien estuve en la presentación, ha sido parte de la construcción de la novela. Fue de las primeras personas que leyó el manuscrito y apostó por él. Y me ayudó a redondearlo; ha sido el ‘Pepito Grillo’ de ‘Mostaza’. Barbastro, por su ambiente cultural y su pulso literario, es el lugar natural donde presentar ‘Mostaza’. No me imagino en otro lugar.

Ha invertido varios años en pulir la novela…

Sí, y paradójicamente, es una de mis novelas más breves; mis lectores están acostumbrados a 700-800 páginas y esta tiene 200. Ha sido un recorrido largo, interesante, divertido, fascinante adentrarme en la psique de Valerio. Puedo decir que en todos los personajes de ‘Mostaza’ hay un cachito de mí. Y en ese recorrido, Rita ha estado a mi lado y ha sido parte de esta construcción.

Después de tanto tiempo trabajando en ella, ¿ha cambiado mucho la idea original?

No, se ha ido construyendo paso a paso. Escribir no es solo acumular páginas, también saber qué párrafos hay que eliminar, qué personajes hay que matizar. Es un trabajo de equipo. Cuatro ojos ven más que dos y si, encima, dos son de una optometrista, se ve mucho mejor todavía.

Fue una novela que presentó al premio ‘Ciudad de Barbastro’.

Sí, en uno de esos momentos de absurda vanidad que tenemos todo escritor. No tanto por el hecho de ganar o no, sino porque considero uno de los premios de más prestigio, por su calidad. Y soy asiduo lector de las novelas que pasan por este certamen. Me animé vencido por la pasión que tengo por Barbastro.

Usted es profesor de instituto. ¿Qué actitud detecta en los jóvenes con respecto a la lectura? ¿Leen menos?, ¿lo hacen en otros formatos y nos da esa sensación?

Realmente no hay datos. Es un mito esto de que ahora se lee menos. Ahora se leen otras cosas. Cuando éramos chavales, leíamos los Hollister, que tenían cien páginas y ahora, los que leen, leen sagas de 800 páginas. Es verdad que se leen otros formatos, de otra manera, otras cosas. Igual no son los clásicos que nos gustaría. Pero no soy especialmente ni crítico ni derrotista con un análisis de la juventud en la lectura. Son hijos de su tiempo.

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