La escritora Luz Gabás viajó hasta Barbastro con motivo de la celebración del Festival Barbitania. Tras su novela premiada Lejos de Luisiana, ahora centra sus esfuerzos en su próximo libro, que espera publicar este mismo año.
Su primera vez en Barbitania, ¿sensaciones?
Sabía de su existencia y le he seguido la pista. Me parece un logro, un mérito y una iniciativa a imitar en otros lugares. Estas poblaciones como Barbastro y Monzón, que se sitúan entre pueblos grandes y ciudades pequeñas, son municipios ideales para este tipo de eventos porque nos acerca la cultura a quienes vivimos en lugares no muy grandes, pero además atrae a personas y da nombre a la localidad.
¿Cómo se labra una carrera literaria de renombre desde un municipio como Benasque?
Los tiempos han cambiado muchísimo y ahora internet y las redes sociales permiten trabajar desde un lugar pequeño. Otra cosa es que tú quieras estar en todos los ajos.
¿Se requiere viajar mucho a las capitales?
Vivir lejos te permite elegir aquellos eventos que consideras importantes en tu trabajo. Yo estoy en contacto con muchos escritores y no vivimos en el mismo lugar. Creo que los tiempos han cambiado y ya no es necesario. Paralelamente, ha tenido lugar un descubrimiento de nuevas voces en diferentes comunidades autónomas. Es decir, que incluso los editores saben que no todo sucede en las grandes capitales como Madrid o Barcelona. Existe mundo más allá de eso y voces e historias con sabor local, pero con valor universal. Para mí este es uno de los puntos fuertes de nuestra época, muy criticable en otras cuestiones, pero en este aspecto en concreto, un tema a valorar.
Sus novelas requieren un trabajo muy amplio de investigación histórica.
Para mí es la parte más bonita. Me siento como una eterna estudiante, siempre aprendiendo… Aparecen muchos hilos de los que tirar, surgen personajes y escenas. Se trata de una parte compleja, pero muy enriquecedora.
Cuando termino una novela mi cabeza ya está pensando en otra y empiezo a leer, a informarme de todo lo que se ha publicado sobre un tema y voy seleccionando lecturas. Con papel y boli tomo notas y trazo la trama, los personajes y qué les va a ocurrir. Y no me siento a escribir hasta que ya tengo la documentación controlada. Por eso tardo en publicar; mi última novela salió en 2022 y mi próxima saldrá probablemente este año. Hablamos de tres años porque en menos de ese tiempo no existe manera.
La documentación y la asimilación de la información ocupa mucho tiempo. No se trata solo de conocer mucho sobre la época, sino que se debe disolver y esa parte histórica que seleccionas en la nueva trama debe afectar directamente a los personajes.
¿Cómo le ha cambiado la vida el Premio Planeta?
Me ha hecho más conocida. Muchas personas me han descubierto gracias al Premio Planeta y han leído las novelas anteriores.
Para mí ha sido un premio tan importante… Imagínate, nacer en Monzón, vivir en Benasque, y que después de mucho trabajo llegue este premio. Por eso, desde el principio me lo tomé con una gran responsabilidad y honor, pero sigo llevando mi misma vida.
Ahora, al convertirme en un personaje público, intentó colaborar con todo lo que pueda servir para potenciar la lectura, sobre todo en mi tierra. Me gusta mucho formar parte de la cadena presente, pasada y futura de la literatura española y aragonesa.
¿Qué nos puede adelantar de su próxima novela?
Me encuentro en la revisión final. Estoy muy contenta. Se trata de otro de los novelones de Luz. Tengo muchas ganas de hablar de ella, pero de momento no puedo.
Entiendo, aún no quiere desprenderse de ella.
Da pena porque les dedicas mucho tiempo. Es curioso porque cuando la novela se encuentra en fase de corrección final, ya pienso en otra historia, en la siguiente, y mi cabeza ya quiere documentarse. A otros autores también les pasa. Creo que se trata de una forma de protegernos y de mitigar la triste despedida de tu texto al que has dedicado tres años de tu vida.
¿Siente presión por la opinión pública?
Me defino como una persona bastante agonías, pero respecto a lo que yo controlo. Y eso no lo domino… Como escribo la historia que quiero, me quedo tranquila y feliz. Lo demás no depende de mí. Yo ya he cumplido mi parte, ahora, queridos lectores, toda vuestra.