Mejorar la gestión forestal y promover la ganadería extensiva. Son los principales objetivos que han trasladado el Presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia, y el presidente del Patronato del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Modesto Pascau, a la directora General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación, María Jesús Rodríguez, y a la subdirectora de General de Política Forestal y Lucha contra la Desertificación, Elsa Enríquez.
El encuentro ha sido el punto de partida para conformar un proyecto que obtenga fondos europeos que permitan favorecer el ganado extensivo. Especialmente de ovino porque resulta más afectada por la falta de cabañas en condiciones y por las normativas de protección. En este sentido, se cuenta con la iniciativa de la Escuela de Pastores de Aragón, de San Juan de Plan.
Uno de los fines más importantes es que esta Escuela de Pastores puede ser decisiva para impulsar el relevo generacional de las explotaciones ganaderas, en su mayoría familiares. Además, se debe seguir dando pasos para la creación de rebaños comunitarios controlados también con tecnologías 5G que faciliten su control y localización.
Proyecto piloto
Todo ello requiere de una inversión económica, además de la que puedan aportar municpios e instituciones ligadas al territorio. Así se ha planteado estudiar la posibilidad que desde el Ministerio se pueda encajar esta propuesta dentro de sus programas y desarrollarlo en Ordesa, a modo de proyecto piloto que pueda extenderse a otros territorios de similares características.
La ganadería extensiva tiene “una importancia capital en la conservación del paisaje”, argumentaba Modesto Pascau. “Pero hay otro factor crucial que es la necesidad de una gestión forestal adecuada”, añadía. “La extensión de masas boscosas se ha duplicado en el Pirineo y Prepirineo aragonés en el último siglo y también lo ha hecho la densidad; es un caldo de cultivo que eleva el riesgo de incendios; por lo que se deben planificar políticas que recuperen el paisaje mosaico típico de ese territorio; una combinación de áreas características de alta montaña, con zonas boscosas, prados y parcelas de cultivo”, concluía el presidente del Patronato del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
De igual forma, durante la reunión se valoraron las dificultades que sufren las explotaciones ganaderas de montaña. La pérdida del paisaje tradicional del Pirineo es una de las cuestiones a las que deben enfrentarse las instituciones. Y ahí es necesaria la implicación del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico promoviendo proyectos de vida en las pequeñas localidades de montaña.