Barbastro

Carmen Marta Lazo: «Estar bien informado hoy pasa por consultar  varios medios al día»

La catedrática de Periodismo Carmen Marta Lazo alerta de que la mitad de las noticias que circulan por las redes son falsas. Rápidas de difundir, detrás de muchas de ellas existen objetivos que nada tienen que ver con el criterio informativo más importante: la verdad

Carmen Marta Lazo participó en la Universidad de la Experiencia. Foto: L.G.
Lola Gª Casanova
01 noviembre 2023

Carmen Marta Lazo, catedrática de Periodismo en la Universidad de Zaragoza, abrió el curso de la Universidad de la Experiencia en Barbastro. Habló de noticias falsas y realizó un alegato para que los ciudadanos mantengan los ojos abiertos y hagan uso del sentido crítico para no creer todo lo que llega a sus teléfonos móviles.

Vamos a lo elemental: defíname una ‘fakenews’ o noticia falsa. ¿Qué es?

Nada. En realidad una noticia falsa no es nada porque una noticia per se debe ser verdad desde el punto de vista fáctico. La veracidad define intrínsecamente el hecho noticioso. Sin embargo, aunque no exista, sus consecuencias sí y las estamos viendo a diario. La Unión Europea lo define ahora como desorden informativo.

¿Nos encontramos ante un fenómeno actual? 

Noticias falsas han existido a lo largo de toda la historia. Ya nos advertía frente a ello Marco Aurelio, el historiador romano. No obstante se pueden observar tres niveles. Por un lado, las noticias falsas no realizadas a conciencia. Es decir, los equívocos porque todos nos confundimos alguna vez. En segundo plano, las orientadas a un fin, creadas con un objetivo. Aquí hablamos de desinformación y, por último, las que aparecen, en la mayoría de las veces a gran escala, con la intención de crear odio. A día de hoy podemos decir que la mitad de la información que viaja por las redes es falsa. 

El ciudadano, ¿se puede proteger? 

A través de la “alfabetización mediática”, aprendiendo a analizar de manera crítica los mensajes que circulan por las redes, a contrastar las fuentes, conocer cuál es su finalidad y saber diferenciar lo que es real de lo que puede ser falso.

El crecimiento de las ‘fakenews’, ¿se vincula directamente al uso de redes sociales? 

Efectivamente, se produce por el aumento del uso de redes sociales. El modo como se viralizan los mensajes y cómo llegan a miles de personas hace que la desinformación tenga mucho impacto. Hablamos de redes como Facebook, X (antes Twitter), de Instagram pero también de los mensajes que circulan por whatsaps. 

Existe un perfil de usuario más proclive a creerse la información falsa. 

Precisamente las personas que no disponen de un conocimiento de las técnicas de manipulación informativa son quienes más tienden a creerse todo lo que reciben. También se produce lo que se denomina “sesgo de confirmación”, que consiste en no dudar de lo que se relaciona con nuestras propias creencias y en anular de partida todo lo que no coincide con nuestro punto de vista. 

¿Cómo se pueden contrarrestar?, ¿son efectivas las noticias que intentan aclarar estos bulos? 

Considero que hoy en día hay más canales y fórmulas que nunca para estar informados, y además de forma inmediata. Bien a través de las versiones digitales de los periódicos, sus respectivas páginas web, los boletines horarios de las radios o los informativos que ofrecen las televisiones. Creo que la clave es escoger siempre medios acreditados y profesionales, y consultar cada día varios de ellos para conocer todos los puntos de vista de los distintos temas de actualidad. 

La crispación que se vive en muchos medios de comunicación, los partidos populistas ¿abonan el camino de la desinformación? 

La propaganda política en muchas ocasiones ha sido utilizada con fines desinformativos. En los últimos años, los partidos populistas utilizan la desinformación como estrategia para impactar y conseguir aumentar rápidamente el número de seguidores. 

Al mismo tiempo, el conocimiento de nuestros perfiles a través de algoritmos en la Red condiciona los mensajes que recibimos, con contenidos que refuerzan cada vez más nuestra ideología. 

Por ello, se habla de proliferación de discursos de odio y de polarización que refuerza los extremos ideológicos, reduce la tolerancia y reduce la tendencia al diálogo. 

Los medios tradicionales, las llamadas cabeceras de largo recorrido, ¿nos aseguran la calidad?

Los medios de comunicación tradicionales suelen responder a estándares profesionales y éticos, si bien ante el fenómeno de la desinformación es necesario contar con verificadores de noticias, para filtrar los contenidos que no son verdaderos. 

El contraste informativo es hoy más importante que nunca para que no se cuele algún bulo que no responda al criterio más importante, basarse en la verdad.

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