Retomamos la rutina semanal después de unas fiestas de san Ramón que han lucido durante unos días en Barbastro. Unas jornadas que han contado con momentos importantes, como el anuncio del próximo Año Jubilar en la diócesis con motivo del 900 aniversario del fallecimiento de este obispo de Barbastro.
Será 2026 un año clave para acercarnos a la figura de san Ramón. El libro de José Antonio Adell Pugna entre mitras ha supuesto el preludio ideal para conseguir este objetivo.

Trabaja en ello también la cofradía de San Ramón del Monte, para quienes las fiestas de este año han traído la finalización de los trabajos de mejora en la ermita. Y otro grupo, el de los Danzantes investiga y se esfuerza por recuperar otro de los elementos festivos que honran al patrón de la diócesis. Los pasados 20 y 21 de junio se estrenaron en los actos conmemorativos a san Ramón. Y al grupo de adultos que ya debutó el pasado mes de septiembre se ha unido ya uno infantil. Golpearon los palos con gracia y devoción por primera vez a los pies de la torre de la Catedral.

Quizás se echó en falta más público para comprobar el trabajo que han desarrollado los danzantes en pocos meses. Cierto que ha sido la primera vez y la tradición se construye poco a poco, año a año. Pero resulta relevante que se ponga el foco en su trabajo para que el grupo se consolide, para que sigan sumándose menores a la tarea de recuperar los dances, enriqueciendo así el patrimonio cultural de Barbastro y de la diócesis.

Las hogueras han sido durante años el principal emblema de las fiestas de san Ramón. Ahora, las circunstancias legales obligan a reducir la presencia del fuego en el inicio del verano y se quedan en un mero símbolo. Habrá que empezar a pensar en que la imagen de san Ramón y de sus danzantes tomen el relevo para identificar de un vistazo que contamos con un patrón cuya vida y obra dejaron una huella imborrable en la historia y la fe de estas tierras.