Ángel Trallero, con raíces en el Somontano y muy arraigado a esta tierra, se encuentra unido a la Denominación de Origen Somontano desde sus inicios. A su vez, lleva ideando la campaña publicitaria del Festival del Vino desde su creación.
¿La creatividad se cultiva?
Para obtener la creatividad se debe trabajar, sudar, romper muchos trabajos que has hecho, volver a empezar, mirarlos y decir: “No me gusta. Debo volver a empezar”. No es como la famosa frase: “Se me ha aparecido la Virgen”, sino que consiste en trabajar mucho. Y cuando dices: “Ya lo tengo, me encanta”. Yo lo que hacía es dejarlo dormir y al día siguiente me lo cargaba, directamente, y volvía a empezar.
Habrá roto muchos posibles carteles del Festival…
Cuento con una ventaja. Como llevo tantos años vinculado con la DO Somontano, me encuentro todo el año recibiendo inputs (información) del Somontano. Yo sé que tengo un año para pensar en el próximo cartel o creatividad. A lo mejor en febrero ya me pongo a trabajar en el cartel del año que viene. Luego cuento con la gran ventaja de que como me llevo muy bien con todo el equipo, les enseño varias versiones diferentes y entre todos escogemos la final. Incluso las bodegas participan. Todos. Estos días me encontraré en el festival pensando en qué idearé para el año que viene. Pero mientras lo pueda ir haciendo, lo haré, porque se trata más de un tema de amistad con la gente del Somontano que de un trabajo. Lo hago por placer.
Y el Somontano le inspira.
Un día caminando por las viñas de un amigo mío en Bodegas Sers, en Cofita, vi una maceta que tenía la misma forma que un señor tocando la guitarra. Le hice una foto y a partir de ahí, con cuatro retoques, salió el cartel de ese año, el de la cepa tocando la guitarra. En este caso no me lo cargué, sino que cada vez que lo veía me gustaba más.
En sus carteles se aprecia la evolución del diseño gráfico.
Últimamente los carteles son más limpios. Una imagen vale más que mil palabras. Poder reflejar con un chupachup, helado o globos toda una fiesta resulta muy importante. Y no caer en los tópicos ni en los típicos carteles de fiestas de vino que se ven en el mercado español, sobre todo. Ahora refleja una imagen muy limpia que te explica que eso va de fiesta. Y la fiesta se puede celebrar con unos globos, o comiendo un helado o cuando es tu cumpleaños, con las chuches. En este caso, con caramelos de vino.
La imagen de este año, a simple vista, muestra un chupachup, pero cuando lo miras detenidamente, te das cuenta de que es una explosión de vino cogida en vez de con un palito, con una ramita de cepa. Eso te explica todo; el festival, su aniversario (cumpleaños) y el vino y todo su mundo de detrás.
También vende el territorio.
A través de la misma imagen. El Festival del Vino ha estado reconocido con premios a nivel nacional e incluso internacional. Me acuerdo que el famoso spot (anuncio) de los sacacorchos que aplaudían, de los primeros que hicimos, ganó un premio en el Festival de Cine Publicitario de Nueva York. Y eso lleva no solo a vender el festival, sino a que se pregunten: ¿Somontano? ¿Qué es eso?
¿Su campaña favorita?
Varias, pero quizás una de las más polémicas fue la del abuelo Colomina. Existía un poco de barrera y me decían: «Pero un abuelo con unos corchos en las orejas… Esto no es para el mundo del vino». No existió rechazo, pero sí miedo. Cuando salió a la calle y logramos traer al protagonista a la plaza de toros para ver los conciertos… Lo recibieron con una ovación y todo el mundo se mostraba encantadísimo. Como dio que hablar y además, muy bien, le tengo cariño. Quizás también porque me costó más convencer al equipo de la DO. La del pez Monty también me gustó mucho.
¿Qué destaca de la Denominación de Origen Somontano?
Todos sus vinos. Se trata de una denominación pequeña, pero que trabaja muy bien. Una de las cosas que más me sorprendió en su día era lo bien que se llevaba toda la gente del vino en esta comarca. No es muy normal que las bodegas se lleven bien, porque no dejan de ser competencia, pero aquí parecen una familia. Y muy bien representada con los resultados finales porque hacen unos vinos muy trabajados, cuidados y con mucho cariño.
Tengo la suerte de conocer a todas las bodegas y a quienes elaboran sus vinos y son todos unos verdaderos apasionados. También he trabajado con grandes marcas del mundo del vino, pero la pasión que veo en el Somontano no la he visto en ningún sitio. Y eso me llena, y más al ser de la zona.