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En primera línea del frente

Quienes viven el día a día al pie del ganado nos explican las ventajas y desventajas del modelo extensivo frente al intensivo

Judit-Ballarín
Judit Ballarín tiene a sus ovejas en Altorricón. Foto: S.E.
Pablo Alvira Fuertes Alvira Fuertes
24 enero 2022

Varios ganaderos y ganaderas de la provincia de Huesca cuentan cómo ven el futuro de la ganadería extensiva: “Si no actúan pronto, cuando quieran poner remedio será demasiado tarde”. Explican los problemas de las macro producciones de animales y la rentabilidad que intentan tener “con peor calidad de carne y sin bienestar animal”. Y auguran un futuro esperanzador para la ganadería extensiva, a pesar de las dificultades que tienen y piden más ayudas o subvenciones para un modelo sostenible. 

«Sin granjas no se afrontaría la demanda de cerdos y pollos»

Judit Ballarín decidió que antes de que su padre vendiera las ovejas, se hacía cargo ella. Y así fue. La joven ganadera hasta hace tres años hacía la trashumancia con cerca de 750 ovejas desde Altorricón “hasta puertos de montaña pero ahora solo hasta Merli, a los pies del Turbón”. Explica que este modelo de ganado es más natural y la más sostenible. “Para hacer partos programados lo único que hago es encerrar a los machos. Lo llevo todo de la forma más natural posible, así el animal tiene una mejor vida y la carne es de más calidad. Al final para lo que trabajo es para vender carne”, indica. Asegura que “quien vive de los animales lo hace por la rentabilidad”.

Judit-Ballarín
Judit Ballarín realiza la trashumancia hasta Merli. Foto: S.E.

“Ahora, los cerdos y pollos tienen tanta demanda que si no hubiera granjas no sería viable criarlos. Hay mucha diferencia en el rendimiento de cómo se criaban antes. Estas granjas están para crear carne rápida”, añade. En ese sentido, reconoce que la calidad de la carne “no tiene nada que ver de un animal que tiene que buscar el alimento a otro que lo ha tenido desde el principio”. Pero lo que tiene claro Ballarín sobre este tema es que “se está hablando mucho sin saber diferenciar las cosas”.

«Estas granjas están para crear carne rápida»

Judit BallarínGanadera de Altorricón

Por último, pide más ayudas para la ganadería extensiva porque “desaparecerá”. “Se llenan la boca con subvenciones, pero al final no llega nada. En el sector del ovino estamos fatal. Todo el mundo sabe que el futuro es la ganadería extensiva pero cuando quieran poner remedio será demasiado tarde”, asume. 

«En régimen extensivo no es posible atender tanta demanda»

La base del ganado de Manuel Castán son 180 vacas nodrizas madres. Los pastos del valle de Benasque alimentan a estos animales durante seis meses. Los otros seis los pasan estabuladas. El concepto concreto del modelo que lleva a cabo Castán es semi extensivo. “Las macrogranjas como tal no existen. En España las explotaciones que producen la mayor parte de la carne que consumimos son intensivas. En régimen extensivo es imposible producir la demanda que hay”, explica. La desventaja de esta última es que “tiene unos aprovechamientos poco productivos y no se puede practicar en todas las zonas”.

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Las vacas nodrizas de Manuel Castán pastan en Bisaurri. Foto: S.E.

El ganadero ribagorzano asegura que muchas personas tienen un pensamiento “idílico” de la ganadería extensiva por su buenhacer medioambiental y la lejanía entre lo rural y lo urbano. Asimismo, matiza: «Todo el mundo se llena la boca hablando bondades, que las tiene, de la ganadería extensiva pero nadie la apoya. Ni las administraciones ni el consumidor. Hay muy poca gente dispuesta a pagar más por más calidad».

Pero, por otro lado, apunta Castán que el modelo intensivo “está muy tecnificado” por el hecho de que “una persona sea capaz de controlar un gran número de animales, de forma eficiente, concentrados en un lugar e intentando que sea rentable y de calidad”.

«La ganadería extensiva tiene unos aprovechamientos poco productivos y no se puede practicar siempre»

Manuel CastánGanadero

Subraya los niveles de exigencia obligados por la administración, tanto sanitarias como para el bienestar animal. «Está claro que siempre hay gente que lo hace mal, pero eso pasa en todos lados. Si la administración sanitaria se entera de que no se cumplen algunos parámetros, la sanción que les cae es para cerrar la puerta. Y no estoy en contra, me parece bien», asume.

Por último, el benasqués augura un futuro “bastante profesionalizado” para los ganaderos y ganadera gracias al “tremendo nivel de exigencias” impuestas a nivel sanitario. Y añade que “las ayudas han ido disminuyendo en los últimos años mientras que las explotaciones aumentaban”, por lo que deberán seguir esforzándose y ser más perfeccionsitas en cada ámbito. 

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