Una cadena multinacional de bricolaje y decoración comercializaba en esta campaña dos árboles de Navidad de cuatro metros de altura. Dos para toda España. Y uno de ellos está en Barbastro.

«Nos dio la locura» afirma entre risas Javier Pintado Barceló cuando relata que el árbol de Navidad,  que luce en el vestíbulo de su empresa y te da la bienvenida, consta de cuatro metros de altura. Por supuesto, a semejante árbol lo acompaña un belén con el Niño Jesús, San José, la Virgen y los Reyes Magos de casi un metro.

Parece evidente que una cosa así sólo puede suceder en una familia entusiasta de la Navidad. En este 2022 se juntaron varios factores: la nueva ubicación de la empresa y la inminencia de estas fiestas. 

«Teníamos que inaugurar y mi hermana Lupe sugirió colocar un árbol. Obviamente, no queríamos un árbol cualquiera debido a la altura del local. Buscamos por Barbastro, por internet y dimos con este abeto artificial de 300 ramas. ¡Menos mal que venían ya instaladas! Por supuesto, el abeto necesitaba luces, cintas y un belén en condiciones. Soy anticompras… pero me emocioné. Quizá si lo hubiera hecho con mi mujer hubiera sido más comedido, pero con mi hermana, nos animamos mutuamente. Me gusta la Navidad. Así que era mi momento», bromea.

En la casa de Javier, su mujer, Mapi Pera y sus tres hijos (Lucía, Sergio y Valentina) estos días se disfrutan. «Lo vivimos en familia, muy íntimo, para dentro y muy tradicional». 

En Nochebuena se trasladan hasta Palo. En esta localidad de Sobrarbe viven dos familias de forma permanente todo el año  y con ellos, suman tres en la noche del 24 de diciembre. Esa tarde, con su suegro al acordeón, y solo para esas tres casas, ellos saldrán a cantar villancicos por las calles.

«Nos lo pasamos fenomenal, resulta un momento muy genuino y esperado por todos los vecinos. Como si fuese una pequeña ronda, paramos en las casas, comemos, nos reímos. Un momento en verdad entrañable que no nos perderíamos por nada del mundo» comenta. 

El día de Navidad, Nochevieja, Año Nuevo implica, para esta familia, como para muchas otras, un ir y venir para recalar el día de Reyes en la casa del padre de Javier y de su numerosa familia.

“Como somos tantos hermanos, cuando llegaban las fiestas de Navidad, nosotros nunca nos trasladábamos a otras casas. Nosotros éramos los que siempre recibían y entre unos y otros, nuestro hogar siempre estaba lleno de gente».

Y continúan juntándose en día de Reyes. Un día en el que, cuando empezaron a nacer las nuevas generaciones,  también tuvieron que dar instrucciones a los Reyes Magos para «poner un poco de orden entre tanta gente y no caer en un exceso de regalos, sobre todo, pensando en los pequeños». 

Ellos viven estos días  con un recogimiento especial. Muy intenso. Además, son días para transmitir la fe y la grandeza de la familia”. Para Pintado cobra su significado desde la fe y desde la grandeza de la familia. “Sin fe y sin familia unida comprendo que estos días resulten insufribles para algunos”.