Este pasado 28 de mayo se han cumplido dos años desde que los barbastrenses depositaron su voto en la urna para elegir a la nueva corporación municipal. El Partido Popular revalidó su mayoría.

En el ecuador del mandato, cabe repasar la situación municipal. En estos dos años, han conseguido desatascar algunos de los proyectos paralizados. Sin ánimo de ser exhaustivos, se está finalizando el parque del Recuerdo y la Memoria, se ha adjudicado el nuevo contrato de servicios de la residencia municipal y se ha comenzado con la mejora de instalaciones deportivas. Además, dos importantes obras también están a punto de comenzar: la depuradora del polígono industrial y el anillo perimetral del agua en la zona del Campo de Escolapios.

Más allá de la cantidad movilizada –que no es menor–, o de su comparación con la ejecución presupuestaria –baja, como en otros muchos mandatos–, se trata de proyectos importantes. Algunos de ellos de poca visibilidad pública, pero imprescindibles para el desarrollo de la ciudad.

En el balance no pueden faltar los peros. El más sangrante: la limpieza de la ciudad. Hemos perdido la cuenta de las veces que se ha anunciado que “en los próximos días” estará listo el convenio con la Comarca. Y aunque se haya aumentado la dotación económica, lo que resulta obvio es que la ciudad permanece sucia y algunas zonas parecen vertederos públicos. Quizás no se trate tanto de más dinero sino de más eficiencia.

Cuando comienza la segunda parte del mandato suele ser habitual que los partidos comiencen a buscar las estrategias que permitirán acudir con ventaja a las próximas elecciones. Y justo ahora se pone en primer plano un proyecto en el que se abre un falso debate: medio ambiente o desarrollo y puestos de trabajo.

Como ya apuntábamos hace solo unas semanas, lo que necesitamos es información veraz sobre la realidad de esta empresa y su objeto de negocio. Y sí, como se señaló en el pleno, también se hace necesario un posicionamiento político. Sin prejuicios. Sin ideologías.