Somontano

El Museo de los Mártires Claretianos de Barbastro en árabe, polaco, italiano, inglés…

Por el Museo de los Mártires Claretianos pasaron, a principios de agosto, unos 3.000 jóvenes vinculados al Camino Neocatecumenal

Carlos Latorre Antonio Alcantara misioneros
Los padres claretianos Carlos Latorre y Antonio Alcántara atendieron a los peregrinos. L.G.
Lola Gª Casanova
22 agosto 2023

El Museo de los Mártires Claretianos en árabe, polaco, italiano, inglés. Desde el 28 de julio y hasta el 3 de agosto, hubo una incesante presencia de grupos de jóvenes en las instalaciones del Museo de los Mártires Claretianos de Barbastro y otros lugares vinculados con los mártires de nuestra diócesis. 

En algunas ocasiones, el padre Carlos Latorre ha afirmado que «este museo es una pequeña joya desconocida». Y ciertamente, esta joya ha brillado como el centro de atracción de Barbastro. En una semana, más de 3.000 personas han engrosado la lista de los visitantes de este museo. Un espacio en el que se recrea cómo era la vida en el antiguo seminario claretiano de Barbastro. Ahí, se puede observar una maqueta del edificio y se guardan numerosos objetos como periódicos de la época, cartas manuscritas de los jóvenes seminaristas, sus ropas o inscripciones realizadas en muebles durante su cautiverio en la que fue su cárcel, el colegio de los Escolapios.

Lo más llamativo, la cripta con sus restos. Todo esto ha requerido de mucha traducción porque los visitantes han llegado desde Italia, Polonia, Estados Unidos, Zambia y hasta un grupo de católicos venidos desde Israel y Palestina. Se esperaba, asimismo, un grupo de Japón que, al final, no pudo acudir al museo «pero sí lo hizo al lugar del martirio», apuntan. 

«Por primera vez, me tradujeron al idioma árabe», señala Latorre. Él, junto al claretiano Antonio Alcántara y otros seglares, han ayudado a estos grupos además de la coordinación del Camino Neocatecumenal. 

«Han sido unos días de enorme trabajo. Como nunca antes. No hemos parado. Se trata, sin duda, de un verano especial», comentan. 

Los pequeños grupos de españoles son constantes durante todo el año, a los que hay que sumar la verdadera avalancha de jóvenes de la comunidad neocatecumenal. «Consideramos muy importante que los jóvenes se integren en algún movimiento. Cuenten con un grupo de referencia en la fe, para crecer y compartir. Ahora, en esta sociedad, creemos que es difícil ir por libre. Más si uno es joven», reflexionan los claretianos. 

A ellos les ha encantado recibir a tanto joven, aunque no hayan dispuesto de mucho tiempo para charlar con ellos. «Todo ha ido muy deprisa. Se iba un grupo y ya había otro esperando», comentan entre risas. Una sonrisa que no han perdido en ningún momento. 

«Nuestra tarea es la de sembrar y tener las puertas de la Iglesia abiertas. Abiertas para todos, para los jóvenes, ¡por supuesto! Con el ejemplo de nuestros mártires y además, no olvidar nunca que a nosotros nos toca sembrar aunque la cosecha sea poca. Nosotros no somos los dueños del campo, ¿eh?, el dueño es Dios. Pero la sangre de los mártires es la semilla de nuevos cristianos». 

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