El Letra Corpórea UBB afrontó el sábado su visita a Mataró con la intención de mantener su dinámica competitiva, pero el desarrollo del encuentro se inclinó desde el inicio hacia el conjunto local. El equipo barbastrense se vio superado en la puesta en marcha del partido y quedó por detrás en el marcador desde los primeros compases. El bloque catalán estableció un ritmo alto en ambas partes de la pista y esa propuesta creó dificultades constantes al cuadro visitante.
Durante el primer tramo, el conjunto de Barbastro trató de ajustarse al planteamiento rival, aunque sin lograr modificar la tendencia del marcador. Antes de llegar al descanso, la desventaja había aumentado hasta los catorce puntos, una diferencia que obligaba a replantear la estrategia de la segunda mitad. En ese contexto, el paso por los vestuarios resultó un punto de inflexión para los oscenses.
Segunda parte
Tras la reanudación, Thiago Sartor asumió el protagonismo ofensivo y lideró una respuesta colectiva que permitió reducir la distancia de forma progresiva. Gracias a una mejor circulación de balón y a un incremento en la eficacia en ataque, los visitantes se colocaron a solo dos puntos, generando un escenario abierto para el resto del choque.
Sin embargo, cuando la reacción parecía consolidarse, el Mataró enlazó dos lanzamientos exteriores en los minutos finales del tercer cuarto. Esas acciones ampliaron nuevamente la diferencia y dieron margen al conjunto local para afrontar el periodo definitivo con mayor control del marcador. En los últimos diez minutos, el Barbastro intentó mantener la línea del tercer cuarto, pero la precipitación en ciertas acciones ofensivas dificultó completar la remontada. Aunque el equipo mantuvo alguna ocasión de acercarse en los compases finales, el tiempo no fue suficiente para revertir la situación y el encuentro concluyó 76-70.
Por parte del LETRA CORPÓREA Barbastro participaron: Jeremy Miranda (5 puntos), Xavi Rosàs (10), José Malo (15), Unai Latorre (7), Thiago Sartor (23), Álex Fernández (8), Rodrigo Ger (2), Jesús Pardina y Killian Guillet.






