Barbastro

El IES Hermanos Argensola, distinguido con la Almendra de Oro de El Cruzado

Diversidad, bienestar emocional y nuevas tecnologías irrumpen como los desafíos a los que se enfrenta la comunidad educativa

Rafael Loriente, Genoveva Buatas, Carlos Barrabés y Ruth Zamora, directora de El Cruzado. Foto: Cristina Lanau
Lola Gª Casanova
01 diciembre 2025

El Aula Magna de la UNED de Barbastro acogió la entrega de la Almendra de Oro, la máxima distinción que otorga este semanario a personas, empresas o instituciones que han destacado por su contribución a la sociedad barbastrense. 

En esta ocasión, la celebración del 75 aniversario de la puesta en marcha del actual instituto de educación secundaria Hermanos Argensola brindó la ocasión perfecta para galardonar a este centro que abrió sus puertas en 1950 como instituto laboral. Almendra de Oro para honrar con ella a toda la comunidad (personal docente o no docente, padres y alumnado) vinculado a él a lo largo de más de siete décadas.

Numerosos profesores, alguno de los cuales ya jubilado, se unieron a la celebración con su presencia en el acto de entrega que recogió el actual director Carlos Barrabés. Acompañaron a los homenajeados autoridades locales, como el alcalde de Barbastro, Fernando Torres, y la diputada provincial María José Vicente. También la directora del centro de la UNED de Barbastro, Ángeles Pérez, así como miembros del Patronato de El Cruzado Aragonés y numerosos profesores ligados de una forma y otra al instituto.

La bienvenida corrió a cargo del presidente del patronato de El Cruzado, Jesús Gracia, quien parafraseó al papa León XIV con estas palabras «educar no es solo transmitir conocimientos, si no colocar en el centro de la educación a la persona, y diseñar nuevos mapas de esperanza en el mundo actual». 

La trayectoria del instituto y de este periódico se hallan entrelazadas. «Ambos son historia viva de Barbastro», apuntó. Y aportó dos ejemplos. El primero en 1953, en el número del 10 de octubre, se recogía la apertura del nuevo curso escolar. Y el 20 de abril de 1968, la construcción de una nueva aula mixta. 

Mesa redonda: juventud y educación

Al hilo de la concesión de la Almendra de Oro al IES Hermanos Argensola se organizó una mesa redonda en la que participaron el director del centro, Carlos Barrabés; la anterior directora, Genoveva Buatas y el pedagogo y orientador, Rafael Loriente. La directora de El Cruzado, Ruth Zamora, les invitó a trazar un diagnóstico de la educación en la etapa secundaria.

Para Barrabés «no se trata de un tema menor sino complejo en una sociedad rodeada de rapidez que se añade a una edad en la que se producen profundos cambios en las personas. Aún así, lo veo con esperanza por la dedicación de los equipos humanos y porque aprecio recompensas que dicen que merece la pena. A veces, no se valoran bien los servicios hasta que se pierden. Y esto nos sucedió en la pandemia. Ahí observé cómo los centros de enseñanza cohesionan e integran no se dedican únicamente a transmitir conocimientos». 

Genoveva Buatas comenzó su intervención afirmando que «no me gusta pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Los tiempos son los que tocan. Y para trabajar bien hace falta saber con quién trabajas, las leyes que rigen y conocer a tus alumnos». Además, insistió en el tándem con las familias. «No podemos mirarnos con recelo». Para ella: «La enseñanza siempre ha sido un reto y este trabajo requiere vocación, servicio y esmero, en especial, en estos años de maduración del alumno». Loriente reflejó cómo el centro se ha ido transformando tal y como lo ha hecho la sociedad. Así, comenzó como instituto laboral con educación segregada. En él, se cursaban estudios muy ligados a la realidad económica y agraria de la zona junto con «profesiones femeninas». Todo en un sistema pedagógico rígido. Ahora «se exige una formación continua y adaptación permanente», puntualizó. 

Una evolución que nos lleva al momento actual de un sistema educativo «flexible y ramificado que permite que cualquier persona con interés, en cualquier momento vital, se forme y titule». Y adjetivó la etapa adolescente como «fascinante». 

La diversidad en las aulas y las nuevas tecnologías

La diversidad en las aulas se vive como uno de los retos. Y, aunque siempre ha existido, ahora se acentúa. Por un lado, alumnos que desconocen el idioma o con desfase curricular junto a otros con problemas de aprendizaje o familias desestructuradas. «Ahora se les presta más atención y contamos con más recursos», señalaron. «Quizá no sean suficientes, pero hay más medios» afirmaron. Loriente subrayó la necesidad de reforzar los departamentos de orientación de los centros. 

La aplicación de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial ocupó parte del debate. Loriente insistió «en que han llegado para quedarse». Barrabés explicó que el centro optó por prohibir el uso de móviles tanto en clase como en el recreo y que el tiempo «nos está dando la razón». Ellos siguen apostando por los libros de texto y las nuevas tecnologías se utilizan como apoyo. Buatas resaltó la necesidad de formación en tecnología del profesorado «de todas las edades». Y Loriente de conocer bien qué herramientas pueden ayudar y cuáles no. 

Hablar sobre pantallas derivó en el bienestar emocional de los jóvenes. Todos ellos coincidieron en el palpable deterioro de la salud mental también entre profesores. Esto se observa en la existencia de protocolos contra el acoso o contra el suicidio. «No sabemos si es por la pandemia, los móviles… pero todo esto repercute en la convivencia y en los resultados». 

No obstante, todos reafirmaron su apuesta por la juventud y el futuro. E incidieron en sacar lo mejor del alumno, en aprovechar «esa frescura y esas ganas». 

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