Ahora y siempre
Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
Ahora y siempre

El gozo de ser sacerdote

Ángel Pérez Pueyo Obispo de Barbastro
21 enero 2024

El día 29 de enero voy a dirigir el retiro mensual a los sacerdotes que trabajan pastoralmente en nuestra diócesis. Nos reunimos cada mes, en la Casa de la Iglesia, para compartir y realizar nuestra puesta a punto mensual.

Quiero dar las gracias a cada uno (los diocesanos, los consagrados y los extradiocesanos) por su vida y su fecundo ministerio. E invitaros a rezar por ellos para que realmente lo vivan con gozo a pesar de su edad, salud, fragilidad, limitación, incomprensión o las diversas contrariedades que puedan surgir.

Ser sacerdote hoy sigue siendo una de las formas más sublimes de hacer visible y sensible el Reino de Dios entre los hombres. Y deseo que ellos tomen viva conciencia de que su ministerio, vivido con ardor y celo pastoral, es una verdadera PRO-VOCACIÓN para el mundo.

Más allá de la edad, de los posibles achaques, las diversas limitaciones, su escasa relevancia social o su propia vulnerabilidad son realmente testigos de un mundo alternativo, con su modo de ser:

  • Contestatarios silenciosos de una sociedad consumista que se ha creado sus propias necesidades innecesarias.
  • Promotores de unas relaciones gratuitas, poniendo toda su vida y su disponibilidad al servicio de los demás, especialmente de los más desfavorecidos.
  • Generadores de solidaridad y unidad, respetando las diferencias. Se saben hermanos de todos. Ayudan a cada uno a descubrir sus propias cualidades y ponerlas al servicio de la comunidad.
  • Generadores de esperanza. En una sociedad herida de muerte por el desamor entre unos y otros, el sacerdote nos ayuda a descubrir que Dios nos ama y nos ofrece la fraternidad como utopía que se hace realidad.
  • Testigos de valores trascendentes que nos ayudan a mirar más alto y más profundo, descubriendo las coordenadas invisibles que trascienden la vida. Los curas son testigos de valores superiores.

Transparentar el rostro misericordioso de Jesucristo, el buen pastor, es la razón de ser, auténtica y verdadera, de quien se sabe llamado por pura gracia de Dios a esta vocación cristiana específica.

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