Con la Navidad 2025 llega una de las principales campañas de Cáritas Diocesana Barbastro-Monzón, que este año se centra en hacer posible la dignidad de cada persona. El obispo Ángel Pérez, acompañado del director de la entidad, José Mas, presentaron los detalles, poniendo el foco en los datos que avalan la labor de Cáritas Diocesana en el territorio.
La campaña de Navidad 2025 de Cáritas se presenta, así, bajo el lema ‘Hagamos que tener una vida digna deje de ser cuestión de suerte’. «Un mensaje profundamente humano y cristiano que recuerda que la dignidad no debería depender del azar, sino de derechos garantizados para todos», han subrayado. Como muestra, los datos sobre la realidad social que recoge el informe FOESSA, con un incremento histórico de la exclusión. En Aragón, en 2025, 306.000 personas viven en exclusión, 142.000 más que en 2018. En especial, esta exclusión afecta a niños, jóvenes, personas migrantes (el grupo más vulnerable) y quienes carecen de redes de apoyo. «La exclusión ya no es solo económica, sino multidimensional. Vivienda, empleo precario, salud mental, burocracia, soledad y falta de redes se entrelazan creando situaciones que ninguna familia debería vivir», añaden.
En Barbastro-Monzón
La diócesis de Barbastro-Monzón no escapa a esta realidad y en lo que llevamos de este año 2025 han sido cerca de 4.000 las personas a las que han acompañado desde las Cáritas parroquiales y los programas diocesanos. Del total, el 50’7 % acudían por primera vez y el 36’5 % están en situación administrativa irregular.
- 1.540 ayudas directas en alimentación, suministros y vivienda.
- 200 menores en refuerzo escolar y 220 en colonias y ocio saludable.
- 353 personas en clases de español y alfabetización digital.
- 357 intervenciones de salud y bienestar emocional y 45 grupos de ayuda mutua.
- 124 mayores acompañados en talleres y actividades, además de visitas y apoyo
en zonas rurales.
Por otra parte, Cáritas subraya la exclusión que viven personas con empleo «por salarios insuficientes y trabajos sin derechos».
Como faro en este panorama, el voluntariado, que suma cerca de 300 personas en la diócesis, repartidos en 17 equipos parroquiales. «Su presencia transforma pueblos y barrios en lugares de confianza, comunidad y esperanza», señalan.






