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Lola Gª Casanova
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El debate: mucho respeto, poco aburrimiento

Lola Gª Casanova
22 mayo 2023

Por idiota se alude a la persona que sólo se preocupa de sus propios asuntos sin atender a los problemas públicos. Así definían, hace un porrón de años, los griegos este término. Un idiota, en los tiempos de la primera democracia, era un individualista de tomo y lomo que no se involucraba en la vida de la polis, que se creía lo más noble a lo que un ciudadano pudiera aspirar. Desde entonces, los siglos han ido mutando su significado. Aunque, en el fondo, creo yo que el adjetivo idiota sigue bien pegado a esa primera acepción.

Recurro al idiota, en sentido griego, para agradecer la valentía y la disposición de los nueve candidatos a la alcaldía de Barbastro. De ellos y de sus equipos. De los amigos, afiliados y familias que los respaldan. Con independencia de sus propuestas están decididos a trabajar por lo que creen o, al menos, intentarlo. De estos nueve, ocho respondieron a la llamada de Cope Alto Aragón y El Cruzado para participar en el debate.

Y ya metidos en el debate, no puedo hablar de los colores de las corbatas ¡lástima! Porque no hubo. Pero sí coincidieron en sus vestuarios, incluida Ascen Lardiés, la moderadora, en las gamas del azul y del blanco creando una sintonía armónica. Parece que nadie quería, a priori, llamar la atención.

De alguna manera, refleja un debate que mantuvo en un tono sosegado, con orden y educación. Tan sólo la candidata de Vox, Ana Barón, dejó patente sus ganas de un cuerpo a cuerpo. Y fue Barón con su ‘microfonía’ y otras intervenciones la que nos hizo saltar un poquito del sillón. En una de estas, la candidata de FIA, Belén Morales se enfadó y le pidió una rectificación. Pero no pasó de ahí… Lo dicho, todo transcurrió en un tono de máximo respeto. ¿Aburrido? No. En absoluto. El público atendía con devoción. Poquitos, muy poquitos móviles en las manos. Las dos horas se hicieron cortas.

Entre el público abundaban los equipos que arropan a los candidatos. Los del PSOE, siempre numerosos, juntos y presentes en todos los actos públicos que se tercien durante la campaña. Los del PP secundando a quien defiende la alcaldía. Nuevas caras, viejas caras. Y viejas caras con traje nuevo como Luis Domínguez, anterior concejal de Ciudadanos en Barbastro, que ahora apoya a su hermano Carlos, candidato del PAR y él mismo en estas municipales, candidato del PAR en Hoz y Costean. Representantes de todos los partidos. De la Asociación de Empresarios quienes patrocinaban el acto, de Foro B21 y ciudadanos anónimos, alguno de ellos con problemas enquistados en el Ayuntamiento.

El candidato socialista, Daniel Gracia se animó a repetir dos anécdotas del imaginario político patrio. Una, cuando mostró la publicación con su programa y al público se nos vino a la cabeza Julio Anguita enarbolando su “programa, programa, programa”. Otra, cuando se atrevió a responder a la moderadora: “Me alegro de que me hagas esta pregunta”.

En general, se oyeron propuestas concretas y también muchas promesas. Si uno cerraba los ojos, las palabras llovían generosas, como regalos de Papa Noel, y podían encajar en todos los candidatos. Porque todos van a trabajar por ti, por la vivienda, por el empleo, por la juventud, por la limpieza… Hasta ahí todo bien. Bueno, en la limpieza, no. En este aspecto, la moderadora, de forma delicada y decidida, afeó a Gracia y Torres no haber logrado un acuerdo en el pliego de la limpieza de la ciudad.

En cuanto a las formas oratorias, los candidatos mostraban diferencias según su experiencia. Los atribulados y los que leyeron sus intervenciones o los que, mirando al público, les trataban de convencer. Entre los novatos: Domínguez, Morales, Parra y Barón; la de Vox mostró más soltura. Marisol Cancer, de En Común Cambiar Barbastro, hizo notar su trabajo como concejal y su conocimiento real de los temas.

Sin embargo, Gracia –también concejal en la oposición–tiró más de política. Pallás tuvo que bailar con la defensa de su labor en el equipo de gobierno y su perfil de candidata que, sobre todo, centró en la economía. Parra defendió una comunidad energética municipal. Domínguez apostó por sacar los presupuestos. Morales explicó que el suyo es un proyecto de centro; en el centro también están Ciudadanos y PAR. Torres explicó los porqués de sus decisiones, defendió su gestión y situó en su contexto qué se puede hacer desde el Ayuntamiento y qué no.

Porque, muchas de las promesas que se oyeron superan las competencias de un Ayuntamiento y no dependen únicamente de esta institución. Por ejemplo, en la puesta en marcha de nuevos grados en Educación, instalación de empresas o la ampliación de la Uned. Que en todo esto el Ayuntamiento tiene algo que decir, sin duda, pero hay promesas que no sólo dependen de su trabajo. Y ya que hablamos del Ayuntamiento, Carlos Domínguez lo convirtió en el centro de su prioridad y también se alzaron voces entre el público que preguntaban: ¿qué pasa con el Ayuntamiento? Pues eso, el 28 lo veremos…

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